Profesionales sanitarios al límite

Los resultados de la encuesta del sindicato Metges de Catalunya sobre la situación laboral de los profesionales del sector sanitario son simplemente demoledores: el 98 por ciento de los médicos preguntados aseguran estar sometidos a una sobrecarga laboral que les impide atender correctamente a los pacientes. La situación del colectivo ya era preocupante meses atrás, pero la pandemia la ha agravado, puesto que han sumado a sus quehaceres otras tareas, como practicar las pruebas PCR, controlar a los positivos y a sus contactos y atender a los centros educativos ante posibles contagios. Por su parte, el personal de enfermería no atraviesa una situación mucho mejor, puesto que aseguran no disponer de efectivos suficientes para la nueva tarea que les han encomendado en los colegios. Esta problemática endémica que sufre el sector sanitario desde hace años, a partir de los recortes económicos de hace prácticamente una década y que ahora se ha agravado, está repercutiendo a su vez en los usuarios, que han visto cómo, en el marco de la crisis sanitaria, el funcionamiento de los centros de atención primaria está cambiando y difícilmente pueden ser atendidos como ocurría antes del inicio de la pandemia y difícilmente es su médico de cabecera el que se hace cargo de sus consultas y problemas.

La solución del Govern se tradujo en el anuncio de contratar a más profesionales, casi 4.000 hasta el año 2022, de los cuales 306 médicos y 220 personal de enfermería deberían incorporarse este año. Sin embargo, esta cifra es considerada insuficiente, puesto que, al parecer, buena parte de los refuerzos se destinarán a las residencias y no a los CAP. Si a todo ello añadimos que las condiciones salariales no son las óptimas, el panorama es más que desolador. Lejos quedan ya aquellos días del inicio del confinamiento, cuando la población secundó mayoritariamente los gestos de agradecimiento al colectivo sanitario que consistían en aplaudirles unos minutos desde ventanas y balcones. Hacen falta soluciones tangibles para que estos profesionales puedan desarrollar su labor en las mejores condiciones posibles. De su bienestar y buenos equipamientos depende la salud de todos y es necesario encarar con todas las garantías un invierno incierto sanitariamente hablando. Y el tiempo corre.