Cambio de modelo

La decisión del comité ejecutivo y del consejo general de GlobaLleida de “reformular” el consorcio es una forma de reconocer que se cambia de modelo de promoción económica con la colaboración de diversas instituciones para apostar por la integración del ente en los organismos económicos de la Diputación, que al fin y al cabo se había convertido en el patrocinador principal a la vista de que la Paeria no asignara ninguna partida para su financiación. Hay que reconocer que GlobaLleida, creada en 2010, era un buen proyecto para agrupar todos los instrumentos de promoción económica, para captar inversiones para el territorio, fomentar la creación de empleo y la emprendimiento y también canalizar posibles ayudas a las empresas leridanas. Pero reclamaba agilidad en la gestión, dinamismo para buscar nuevas vías de inversión y financiación y sobre todo voluntad unitaria de las instituciones que la crearon, Paeria, Diputación, Universitat de Lleida y cámaras de comercio de Lleida y Tàrrega. Pero desde el primer momento hubo marcaje entre Paeria y Diputación, gobernadas por partidos de distinto color, y recelosas siempre del protagonismo o el liderazgo que pudiera tener el competidor, y el primer tropiezo para el futuro de GlobaLleida ya fue que los patronatos de turismo quedaran fuera del nuevo consorcio aunque se explicó que su integración quedaba para una segunda fase a la que nunca se ha llegado porque la Diputación siempre se ha sentido muy satisfecha con su patronato de turismo y no quiso diluirlo en un ente de futuro aún incierto. La ilusión y el empuje con que nació el consorcio también se ha ido difuminando en los últimos años después de haber ayudado a la creación de 557 nuevas empresas, que han permitido generar 699 empleos con una inversión superior a los ocho millones de euros y con el cambio de color político en la Paeria parecía inevitable una reformulación que finalmente se ha concretado en que sea la Diputación quien asuma el liderazgo y la dirección del consorcio. Habrá que ver cómo se integra dentro de la estructura de la Diputación: si pasa a formar parte del consorcio que ya funciona, si mantiene su autonomía, si se especializa en la captación de fondos europeos, cómo se coordina con los entes que ya funcionan y qué papel se reserva a las instituciones minoritarias. Es algo que tendrá que concretar el presidente Talarn, pero es evidente que se ha acabado un modelo y empieza otro.