EDITORIAL
De Nueva Zelanda a Les Borges
Jacinda Ardern cumplió su promesa de erradicar el coronavirus en Nueva Zelanda. Su eficaz gestión fue aplaudida internacionalmente. Faltaba conocer el veredicto interno, el de su propio pueblo, que tuvo la oportunidad de pronunciarse ayer en las urnas. La sentencia de los neozelandeses ha sido clara: Ardern arrasó con el 47% de los votos. La victoria de la líder del Partido Laborista ha sido tan contundente que ha logrado la mayoría absoluta con 64 escaños. La primera ministra podrá gobernar en solitario, algo que no pasaba desde que se implementó un sistema de votación proporcional hace 24 años, que empoderó a los partidos minoritarios y favoreció las coaliciones. ¿Cómo ha conseguido Arden y su gobierno que en un país de cinco millones de habitantes solo se hayan registrado 1.900 contagios y 25 muertos? Pues cerrando las fronteras y la movilidad a cal y canto, haciendo pruebas PCR masivas y dedicando grandes inversiones a tejer una red de rastreadores que controlaran los positivos y sus contactos. Todos los médicos y epidemiólogos del mundo saben que esta es la única posibilidad de dominar, que no vencer, el virus, pero no todos los estados, comunidades autónomas o regiones tienen la capacidad financiera o valentía para llevarlo a cabo. El equilibrio entre salud pública y economía es muy complejo, y a falta de las arcas suficientes, no queda otra que apelar a la responsabilidad personal para convertir a todos los catalanes, estos días especialmente a los de Les Garrigues, en agentes de lucha contra la pandemia. En cuanto a las administraciones, deben cuanto antes inyectar dinero en todos los sectores si quieren evitar un desastre de incalculables consecuencias.
Tecnología y progreso El anuncio de Telefónica de que desplegará tecnología 5G en 17 municipios de Lleida, entre ellos la capital, es una gran noticia para los ciudadanos y empresas de estos estas poblaciones, que en muchas ocasiones ven lastrados proyectos de modernización y expansión de sus empresas por carencias digitales. El reequilibrio territorial pasa también por disponer de estos avances científicos y técnicos.