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Las prisas, la falta de coordinación y los errores en la comunicación de las medidas a las que nos hemos referido con reiteración han vuelto a provocar una nueva rectificación de la Generalitat: el miércoles se anunciaba desde la conselleria de Educación que los alumnos de Secundaria se tomarían ellos mismos las muestras para una prueba de PCR cuando se detecte un caso positivo bajo la supervisión de los profesores para que guíen el cribado y lo supervisen. Los docentes y los padres pusieron el grito en el cielo por esta nueva responsabilidad que se les encomienda, porque no son personal sanitario y en consecuencia no están preparados para esta misión, e incluso por el posible riesgo que suponía la toma de muestras y sobre todo porque no habían sido informados, ni consultados, quejándose de que se enteraban por la prensa. Ayer llegó la rectificación con el conseller Bargalló asegurando que las pruebas se harán bajo la supervisión de una persona del ámbito sanitario o un voluntario de las ONG, aseñalando que la prueba no tiene secretos, que ya se ha hecho con éxito en algunos centros y que o no se explicaron correctamente o no se les entendió bien. Desde la comunidad educativa se insiste en que la norma inicial solo preveía la supervisión de los profesores y algunos sindicatos incluso habían llamado a la desobediencia porque ni docentes, ni alumnos tienen la formación sanitaria necesaria para el control de estas pruebas. Cabe esperar que con la rectificación se calmen los ánimos y se puedan hacer los controles para que las escuelas puedan garantizar la enseñanza presencial pese a la pandemia.

El comercio, tocado Frente a sectores que resisten el embate de la pandemia como el transporte o el agrario, hay otros que están sufriendo especialmente la crisis como la hostelería con el cierre de establecimientos y ahora el comercio, que, a sus problemas endémicos, añade ahora el impacto de la crisis. Es significativo que uno de cada cuatro locales del Eix y calles adyacentes esté cerrado y que un total de 177 han tenido que cerrar sus puertas este año. Hará falta ayuda para revitalizar este sector.

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