Una buena noticia para Lleida

Rectificar es de sabios. Para las comarcas de Ponent supuso un jarro de agua fría saber que el AVE low-cost, el AVLO, no se detendría en Lleida. Ayer, sin embargo, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, abría la puerta a que este tren con tarifas de 10 euros parase en Lleida, Girona, Tarragona y Figueres. El AVLO llega con retraso. La pandemia frenó su puesta en marcha. De hecho, se suspendió el estreno el 15 de marzo, al día siguiente de decretarse el estado de alarma. Estos meses de pausa han servido para que se replantee este servicio ferroviario, lo que podría beneficiar los intereses de los leridanos. A principios de 2021, si se cumplen los nuevos plazos, entrará en servicio el AVE low-cost y será una buena noticia para Lleida y su área de influencia. Apostar por el transporte público es vital en plena emergencia climática, pero el servicio tiene que ser competitivo. Actualmente, es difícil encontrar un billete más barato de 20 euros para viajar a Barcelona en alta velocidad. Una hora de trayecto pero mismo precio que la ruta en autocar. Que ida y vuelta cuesten más de cuarenta euros se traduce en que el coche siga siendo la principal opción si no se viaja a diario y salga a cuenta sacarse un bono. Por carretera las cosas no mejoran. Algo más de dos horas de viaje desde la capital del Segrià y hasta la Ciutat Comtal y más de 20 euros el trayecto. Curiosamente si se viaja a Barcelona desde Almacelles el precio es menos de la mitad: 9 euros, más competitivo que BlaBlaCar. Precio y horarios son clave para que dejemos el vehículo privado en el garaje. De nada sirven las políticas restrictivas si no hay alternativas fiables.

Un millón de euros En tan solo 12 días los Mossos d’Esquadra ya han puesto multas por valor de un millón de euros por saltarse el toque de queda o el confinamiento perimetral de los fines de semana en Catalunya. A estas sanciones hay que añadir las de las policías locales, que solo en Lleida han sido 120. A pesar del cansancio, el virus no da tregua y hay que respetar las normas para evitar que la pesadilla dure aún más.