EDITORIAL
Lecciones de la pandemia
Cuesta encontrar aspectos positivos de la pandemia que ha cambiado nuestras vidas desde el pasado mes de marzo. La solidaridad entre vecinos, sobre todo en la primera ola, el esfuerzo de la sanidad pública y todos sus profesionales, la entrega de los cuidadores de las residencias, y la capacidad de los ciudadanos y las empresas para adaptarse a la nueva realidad serían los principales. Pero cuando lleguen las vacunas y poco a poco vayamos resituándonos en lo que nos ha tocado vivir, deberíamos retener algunas de las lecciones aprendidas y quedarnos con las que nos hacen mejores, como individuos y como sociedad. La primera sería sin duda la valoración de la sanidad y la educación, dos pilares de nuestra calidad de vida y cuyos profesionales están demostrando en esta crisis el alto grado de compromiso y dedicación al bien común que tienen. De todos los impuestos que pagamos, seguramente los destinados a estos sectores de nuestra sociedad del bienestar son de los mejor empleados. Pero también la implantación, casi obligada ahora, del teletrabajo, que abre multitud de posibilidades de mejora y progreso para el mundo laboral. El valor del sector primario también se ha puesto de manifiesto con el coronavirus, y los productos de proximidad gozan más que nunca del aprecio de los consumidores, al margen de que el sector agroalimentario, base de la economía de Lleida, es de los que mejor están soportando la desaceleración económica. También la Covid puede impulsar unos horarios más racionales y que nos aproximen al resto de Europa, sin olvidar la revalorización del entorno rural, en el que muchos urbanitas se refugian. Es pronto, desgraciadamente, para hacer balances pero lo aprendido, aunque sea a golpes y con lágrimas, no deberíamos olvidarlo.
Las pateras que no cesan Salvamento Marítimo desembarcó en la madrugada del domingo en el muelle Arguineguín, en Gran Canaria, a 510 inmigrantes, entre ellos ocho mujeres y diez menores, que han sido rescatados de 14 pateras, en un degoteo constante que obliga al Estado español y a la Unión Europea a no seguir mirando hacia otro lado.