SEGRE

Creado:

Actualizado:

Después de ocho meses de pandemia con tres cierres de sus establecimientos, la hostelería de Lleida ha salido a la calle para lanzar un grito de socorro, expresar su decepción por la gestión de la crisis sanitaria y reclamar la reapertura con garantías porque deben ser compatibles la defensa de la salud y de la actividad empresarial. Un total de 155 coches en marcha lenta han recorrido las calles para acabar frente a la delegación de la Generalitat y protestar por una situación que empieza a ser angustiosa sin que los planes de desescalada ofrezcan una perspectiva que la mejore. La hostelería, como el comercio, el taxi o la cultura, son sectores básicos para nuestra economía que han visto como sus ingresos quedaban reducidos drásticamente sin que las ayudas oficiales hayan funcionado y, como en el caso de bares y restaurantes, se vinculaba su apertura a la propagación de contagios, un dato que ha sido refutado por estudios del ministerio y por la misma realidad porque después de tres cierres el descenso de rebrotes sigue siendo más lento de lo previsible. Nadie tiene soluciones mágicas a un problema que aún ahora sigue siendo muy desconocido, pero hay que buscar fórmulas flexibles para que la lucha contra la Covid-19 no arruine un sector que puede cerrar el año en blanco porque a los problemas de la hostelería de Lleida se añade ahora un panorama negro para la del Pirineo, que puede ver como pierde dos de las mejores campañas del año: la del puente de diciembre y la de navidades. La hostelería ha tenido que asumir un sacrificio doloroso y es de justicia que se busquen fórmulas para resarcirse.

Desgobierno Por si no viviéramos un momento suficientemente complicado, los socios de gobierno se empeñan en complicarlo aún más y ayer se vivió el abandono del vicepresidente y los consellers de ERC del comité de crisis del gobierno indignados por la filtración de los planes de desescalada de la que acusan a JxCat, que a su vez acusa a ERC. No es momento de enfrentamientos, ni de estrategias electorales y por el bien de la Generalitat y de los catalanes deberían acabar con estas batallas.

tracking