EDITORIAL
Mucha nieve, pocos turistas
De puente a puente y tiro porque se me lleva la corriente. Es casi literal. La pandemia ha dejado con el agua al cuello a los sectores que viven del turismo. El Pirineo da por perdido el puente de la Purísima. No es la primera vez que las estaciones de esquí están cerradas coincidiendo con el acueducto de diciembre, pero hasta ahora esto solo había sucedido por falta de nieve o por inclemencias meteorológicas. El sábado lucía el sol en el Pallars Sobirà y las montañas ya se habían vestido de blanco, pero el turismo brillaba por su ausencia. Con las estaciones cerradas y el confinamiento municipal de los fines de semana, las terrazas de Sort estaban medio vacías. De hecho, la mayoría de hoteles están cerrados y los bares y restaurantes trabajan a medio gas. Ante esta perspectiva, todas las esperanzas están depositadas en las fiestas de Navidad. Si las condiciones sanitarias permiten el desconfinamiento perimetral de Catalunya el día 21, se salvará la temporada, ya que hay muchas reservas hechas para Fin de Año, pero el sector contiene la respiración. Si no hay movilidad garantizada durante las vacaciones de Navidad, tocará sufrir (más) después de un año para olvidar. Aunque hoy y mañana será puente para muchas personas y ya se habrán levantado las restricciones de fin de semana, el Pirineo seguirá estando más tranquilo de lo que correspondería a esta época del año. La fotografía de portada de la edición de ayer de este diario resumía esta insólita situación: unas vacas pastando tranquilamente en un paisaje de postal con las montañas llenas de nieve. Cosas de una pandemia que lo ha trastocado todo.
Apoyos lamentables “Si la Constitución fuera mujer, se vestiría de largo, y si fuera hombre, iría a votar.” La desafortunada frase es de Miguel Ángel Rodríguez. Mucho ha llovido desde que la Carta Magna cumplió 18 años en 1996. Ayer se conmemoró el 42º aniversario de la Constitución, pero se la sigue defendiendo de formas igual de reprochables. Para muestra, el chat de militares retirados que recibió el apoyo inconcebible de la siempre polémica presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.