EDITORIAL
El colectivo más castigado
En todas las crisis, los más débiles son los que acaban sufriendo las peores consecuencias, y en esta asoladora pandemia es evidente que los más frágiles son las personas de más edad que han tenido menos defensas y, probablemente, menos atención para defenderse del virus. Es significativo que la Seguridad Social calcule que a final de año pagará en todo el Estado unas cien mil prestaciones menos que en otros ejercicios, y al margen de que haya habido una paralización en la tramitación de nuevas altas, es evidente que la mayoría de las pensiones que se dejarán de pagar corresponden a jubilados que han fallecido por el Covid-19. Repasando la estadística que publicamos ayer sobre altas y bajas de la Seguridad Social, es dramático ver cómo en los meses de marzo, abril e incluso septiembre había más bajas que altas, con una diferencia que ha llegado a ser hasta de 426 personas en lo que llevamos de año de un total de 492 fallecimientos totales desde el inicio de la pandemia en Lleida. Es decir, que la inmensa mayoría de fallecimientos en Lleida son personas que ya estaban jubiladas. Y no menos dramático es que, según las cifras globales, la mitad de los 46.252 fallecidos en España o de los 16.089 en Catalunya estaban en residencias. Es evidente que a más edad hay más riesgo de complicaciones con el Covid y más peligro de fallecimiento, pero es un dato que debe hacernos reflexionar sobre cómo han sido atendidos nuestros mayores durante este periodo, si se les ha atendido con la diligencia necesaria y si se han prestado todos los cuidados que requerían. Parece evidente que no y habrá que exigir cambios en profundidad porque nuestros mayores merecen un trato mejor.AnacronismoQue a estas alturas del siglo XXI tengamos que hablar de ruido de sables, o que algunos militares retirados hablen de fusilamientos, solo puede entenderse como un anacronismo que nos retrotrae a las asonadas del siglo XIX, pero convendría que los elegidos en las urnas les leyeran la cartilla a estos teóricos servidores del pueblo que siguen sin entender su función. Y que de paso les retiraran prebendas.