EDITORIAL
Buena nota para la escuela
Los centros educativos están a punto de cerrar el primer trimestre del curso de la pandemia y hay que destacar que se ha conseguido superar el reto porque la normalidad y la presencialidad de alumnos y profesores ha sido la nota dominante. A diferencia de lo sucedido durante la primera oleada, con clases suspendidas, enseñanza online con resultados más bien discretos y alumnos confinados, en este curso se ha optado por normalizar la situación, abrir las aulas, apostar por la enseñanza presencial y defender que las escuelas deben estar abiertas. Ciertamente no era fácil, hubo que vencer resistencia dentro del sector y se corría un riesgo, pero afortunadamente el 95 por ciento de los estudiantes continuó asistiendo a clases de forma presencial incluso en el pico de la pandemia, cuatro de cada cinco alumnos y nueve de cada diez profesores nunca han tenido que ser confinados y menos del uno por ciento de los centros ha tenido que cerrarse por la Covid. Es decir, que el 99,39 de los centros se han mantenido abiertos y los pocos que han tenido que cerrar son básicamente llars d’infants o escuelas rurales con pocos alumnos. Han funcionado los protocolos, se han hecho miles de pruebas y hay que valorar el esfuerzo de todos porque se ha conseguido una transmisión baja y se ha demostrado que la escuela es un lugar seguro. Ahora lo importante es mantener la prudencia para los nuevos trimestres porque es fundamental que las escuelas sigan abiertas.
Derecho a una muerte digna Después de 25 años de intentos fallidos, el Congreso aprobó ayer con un amplio respaldo, solo se opusieron Vox, PP y UPN, el proyecto de ley que regula el derecho a morir dignamente. Podrán solicitar la eutanasia las personas mayores de edad que sufran una enfermedad grave e incurable o “un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que le cause un sufrimiento físico y psíquico intolerable”, y la petición del paciente “informada, expresa y reiterada” debe contar con el respaldo de dos médicos y una comisión evaluadora, con respeto a la objeción de conciencia de los facultativos. Es una ley que ayudará a evitar muchos sufrimientos.