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EDITORIAL

Sin deporte, la salud pública empeora

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Representantes de clubes, gimnasios y entidades deportivas de Lleida, agrupados en la plataforma Ja n’hi ha prou!, volvieron ayer a salir a la calle por segunda vez en una semana para protestar por las restricciones que les impiden desarrollar su actividad. Entre otras cuestiones, afirman sentirse criminalizados, creen que el Govern no tiene en cuenta el esfuerzo que han hecho para garantizar la máxima seguridad sanitaria, y destacan que no entienden que en un pabellón puedan celebrarse espectáculos con público en la grada, aunque el aforo esté limitado, pero no pueda utilizarse para entrenar. Sin entrar a valorar si sus reivindicaciones son o no viables en la actual situación, lo cierto es que el deporte está siendo muy castigado por las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus, en especial el de base y el amateur. Como en otros sectores, una de las consecuencias de esta situación es la económica, porque gimnasios y clubes han visto caer sustancialmente los ingresos. Pero en este caso también se ve afectada la salud pública. Hacer ejercicio es una de las “recetas” más comunes que los médicos dan a sus pacientes para mantener un estilo de vida saludable y como método para disminuir los efectos de determinadas patologías muy comunes. Ahora, son muchas las personas que no pueden seguir llevando a cabo el deporte o el ejercicio que practicaban de forma cotidiana. Esto tendrá, sin duda, efectos negativos en la salud física y mental de muchas personas que serán más palpables a medida que trascurra el tiempo. Es algo parecido a lo que ha sucedido con los ancianos, que a causa del encierro inicial de tres meses por el estado de alarma y las posteriores restricciones han visto drásticamente alterada su vida familiar y social, lo que se ha traducido en un incremento de patologías como trombosis, y en un deterioro de su salud mental. Son ejemplos de que la pandemia del coronavirus tiene muchos más efectos negativos sobre la salud además de todas las muertes que ya ha provocado y las secuelas que ha dejado en muchos afectados.

Más aulas confinadas La propagación del virus a causa de las reuniones navideñas se está dejando notar con fuerza en los centros educativos. Mientras en el primer trimestre en Lleida nunca hubo más de 3.500 alumnos confinados, este viernes ya había más de 4.100 y cuatro escuelas cerradas. Asimismo, hay centros con muchos grupos aislados. Esta situación comienza a alterar de forma significativa el funcionamiento de algunos de ellos, pero también hay que destacar que el número de aislados no llega ni al 5% del total y que casi todos lo están por prevención, ya que la cifra de positivos es reducida.

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