La segregación escolar, una lacra a erradicar

Un informe elaborado por el área de Educación del ayuntamiento de Lleida refleja la existencia de un desequilibrio en la escolarización de los alumnos de familias en una situación socioeconómica desfavorecida o procedentes del extranjero en los centros educativos de la ciudad. Junto con los que tienen alguna discapacidad, forman el colectivo de alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), y la mayoría de ellos van a la pública, por encima del porcentaje que le correspondería por número de colegios y, sobre todo, se concentran en doce centros que son los denominados de alta complejidad.

Es lo que se denomina segregación escolar, originada precisamente por el hecho de que ciertas escuelas acogen al grueso de los niños de familias con menos recursos, mientras que hay otros –una parte de los concertados, pero también varios públicos– que acogen a muy pocos o casi ninguno. Este fenómeno se explica en parte por la realidad socioeconómica de los distintos barrios.

La gran mayoría de las familias de renta más baja lleva a sus hijos a la escuela más cercana, especialmente si es pública. Si esta está en un barrio o en una zona donde en su entorno predominan este tipo de familias, suele ser habitual que otras con más recursos opten por llevar a los suyos a otras más alejadas, con lo que favorecen la concentración de alumnos con NEE en el colegio del barrio.

Por ello, para luchar contra la segregación es necesario concienciar a las madres y padres de la necesidad de evitar este tipo de comportamientos. Y esto no pasa solo por hacer campañas informativas, sino porque la administración adopte las medidas necesarias en pro de una equidad real entre todos los centros.

Eso pasa por dar más recursos a los que tienen más alumnos desfavorecidos, algo que ahora ya se hace en algunos aspectos, y por aplicar medidas que sirvan para revertir la situación actual de forma progresiva. Precisamente, el nuevo decreto de admisión y programación de la oferta educativa aprobado por el Govern la pasada semana tiene como una de sus bases “mejorar la equidad y combatir la segregación escolar”, según destacó el departamento de Educación.

Y en Lleida ciudad, el gobierno municipal también ha manifestado que esta es una de sus prioridades en este mandato. Ahora bien, habrá que ver si esta teoría se acaba llevando a la práctica, porque ya hace muchos años que esta cuestión está encima de la mesa y que teóricamente todos los centros debían reservar un determinado número de plazas por grupo para acoger a los alumnos más desfavorecidos, pero a la vista del informe elaborado ahora por la Paeria, su efectividad ha sido, como mucho, más que reducida.

Tanto la administración como los ciudadanos deberíamos ser conscientes de que mantener la segregación escolar supone ampliar todavía más la creciente desigualdad social que afecta a nuestra sociedad..