SEGRE

EDITORIAL

Una normalidad que depende de la vacunación

Creado:

Actualizado:

El fin del confinamiento comarcal para las personas que forman parte del mismo grupo de convivencia y la reapertura de las tiendas los sábados provocó ayer que tanto las estaciones de esquí y establecimientos turísticos del Pirineo como los comercios recibieran un volumen de clientes que recordó a los tiempos de antes de la pandemia. Fue una imagen de una cierta normalidad en un momento en que esta aún no está cerca, porque el ritmo de vacunación va bastante por debajo de las previsiones iniciales.

Por eso también hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos los ciudadanos. Hay que aprovechar todas las posibilidades que ofrece la relajación de las restricciones, porque es necesario para la vida social y la actividad económica, pero con responsabilidad, siguiendo a rajatabla las directrices básicas para evitar contagios, como el uso de mascarilla, la distancia de seguridad o evitar reuniones con varias personas que no forman parte del núcleo de convivencia.

Está claro que esta desescalada de las restricciones supone un alivio para el turismo y el comercio. No obstante, no hay que perder de vista que ambos sectores han sufrido hasta ahora grandes pérdidas.

Las pistas de esquí se encuentran ya al final de una temporada en la que apenas han podido recibir a visitantes, mientras que el comercio no esencial ha tenido que permanecer cerrado todos los sábados de la campaña de las rebajas de invierno, con lo que ha dejado de ingresar unos 80 millones de euros en la provincia de Lleida. Y las ayudas de la administración están muy lejos de paliar las pérdidas de estos y otros sectores.

La crisis generada por la pandemia ha provocado durante el último año estragos que son ya irreversibles, y sus efectos se irán acentuando a medida que pase el tiempo. Por eso es necesario instar a todas las administraciones, desde la de la Generalitat, hasta la del Estado y la Unión Europea a agilizar lo máximo posible la vacunación de los ciudadanos.

El inicio de la campaña representó un espaldarazo para la UE, al comenzar de forma conjunta en todos los países miembros gracias a la compra centralizada de vacunas. Sin embargo, su desarrollo está teniendo el efecto contrario, porque la Comisión Europea no está consiguiendo hacer valer los contratos de suministro de dosis que había firmado con varias farmacéuticas, y está demostrando falta de agilidad para aprobar y proveerse de otras, hasta el punto de que Alemania se plantea adquirir por su cuenta la vacuna rusa.

Y en Catalunya, el departamento de Salud anuncia ahora un parón durante la Semana Santa para que las enfermeras que las administran puedan descansar. Evidentemente que los profesionales tienen todo el derecho a ello, y más tras un año muy duro, pero hay que preguntarse si no es posible organizar turnos de trabajo que garanticen a la vez el descanso y seguir vacunando.

tracking