EDITORIAL
El virus ha traído más pobreza
Ha sido un año trágico el que hemos vivido desde el estallido de la pandemia por la cifra de muertos o los casos de coronavirus, que han salpicado en mayor o menor medida a todas las familias, pero hemos vivido también un drama más silencioso que ha quedado en segundo plano por la magnitud de la pandemia, que es la multiplicación de la pobreza. En todas las crisis, siempre se llevan la peor parte los más débiles, y son alarmantes los datos facilitados ayer por Creu Roja sobre su actuación en este lamentable año: nada menos que 74.000 personas han tenido que ser atendidas en Lleida por encontrarse en situación de vulnerabilidad para hacer frente a sus necesidades económicas y sociales.
Los responsables de Creu Roja destacan que han tenido que hacer el mayor despliegue de recursos humanitarios de su historia y puede ilustrar la emergencia de la situación que durante este año más de 22.000 personas se han añadido a quienes necesitaban ayuda, un 30 por ciento más que en el ejercicio anterior. La atención que prestan va desde la distribución de alimentos (45 toneladas han gestionado) hasta la búsqueda de plazas en albergues, ayudas para hacerse las pruebas de detección de la Covid después de algún positivo en su entorno o lo que es más novedoso: atención a los niños que tenían problemas para seguir las clases online con refuerzos o suministro de tablets, lo que muestra una brecha digital más que preocupante.
La pandemia ha multiplicado la pobreza y la vulnerabilidad también en nuestras comarcas y es imprescindible que también se multiplique la solidaridad porque es más necesaria que nunca.
Memoria selectiva Era previsible que los dos expresidentes del gobierno y del PP que declararon el miércoles en el juicio de la Audiencia Nacional por la caja B del partido negaran todas las acusaciones, pero también lo es que sus declaraciones no resultaran convincentes. Fieles a sus estilos, Aznar con su arrogancia de siempre y Rajoy con su oratoria confusa, los dos negaron haber recibido sobresueldos y hasta dijeron no saber nada de la supuesta caja B, de la que hay constancia en otros sumarios con acusaciones concretas del que era tesorero del partido y de diputados como Eugenio Nasarre o Jaime Ignacio del Burgo.
Desmintieron que las iniciales que constan en los papeles de Bárcenas les correspondieran a ellos, se acordaron de detalles insignificantes y no de las cuestiones importantes y queda en el aire la sospecha de cómo un tesorero podía hacer y deshacer en las finanzas del partido sin que se enteraran los máximos responsables. O concediéndoles el beneficio de la duda sin que se quisieran enterar. No aclararon nada, pero tampoco despejaron las sospechas.