EDITORIAL
Condenados a entenderse
La nueva abstención de Junts impidió que el candidato de ERC, Pere Aragonès, fuera investido ayer President de la Generalitat en la segunda sesión del debate al contar tan solo con el “sí” de los 33 diputados de ERC y los 9 de la CUP. La novedad en relación a la primera sesión fue la claridad con la que el presidenciable habló del papel de Carles Puigdemont desde Bruselas.
“Hay que coordinar estrategias para multiplicar fortalezas”, dijo, y añadió que “hay que reconocer a todos los actores”, en referencia implícita al Consell per la República (CxR). Pero todo ello “sin dejar de poner en valor las instituciones políticas del país, la Generalitat y su President, que son los que deben comandar”.
“Sin sustituciones, ni tutelas”, aseveró por dos veces. Por su parte, JxC exige al aspirante que asuma su “responsabilidad”, que sea “flexible” y que no se limite a reclamarla a los demás, al tiempo que deja en papel mojado el preacuerdo alcanzado entre Esquerra y la CUP, y reclama un plan concreto sobre cómo acceder a la independencia.
Llegados a este punto del tablero, todo parece indicar que ambos han puesto unas líneas rojas de difícil asunción, lo que es una mala noticia para todos los ciudadanos de Catalunya, que esperan la formación de un gobierno rápido y sólido para afrontar los retos que la pandemia pone sobre la mesa: la emergencia económica y la social como grandes prioridades. Dado que no existe otra alternativa posible según el resultado de las urnas y los vetos que han puesto los propios republicanos y postconvergentes, solo cabe reclamarles responsabilidad política para sellar un pacto lo antes posible y no hacernos pasar por el calvario de unas nuevas elecciones.
La ciudadanía, la independentista y la que no lo es, no merece tanta estrategia partidista que poco tiene que ver con el bien común. Vivimos tiempos complicados que requieren cintura política e ideología para buscar un mundo más justo y equilibrado, pero aquí y ahora necesitamos buenos gestores para ayudarnos y dirigirnos en la crisis evidente que amenaza la sociedad del bienestar.
Cribados en Lleida La pasada semana, los responsables de las áreas de Covid del Arnau ya advirtieron que Lleida estaba inmersa en la quinta ola del virus.
Este periódico lleva 5 días dando a conocer los alarmantes índices del coronavirus, y ayer la Generalitat anunció un cribaje masivo para hoy mismo en la capital del Segrià para controlar contagios. Además, tenemos la campaña de la fruta a la vuelta de la esquina y todavía no hay una planificación clara de vacunación en este sector esencial.
Esperemos que este año, con la experiencia tan negativa del 2020, no volvamos a convertirnos en conejillos de indias..