¡Feliz año nuevo!

Después de 14 meses de restricciones, más o menos duras dependiendo de la incidencia de la pandemia, con un estado de alarma limitando muchas de nuestras libertades y un toque de queda instaurado durante casi doscientos días, esta pasada madrugada los ciudadanos recuperamos una cierta normalidad al decaer el segundo estado de alarma y, consiguientemente, quedando abolido el límite horario para estar en la calle y el confinamiento perimetral. Las autoridades ya anunciaron que, a partir de medianoche, incrementarían las patrullas para asegurar que los límites que aún se mantienen en vigor, especialmente las reuniones de personas, que siguen prohibidas si son de más de seis, se respetasen.

Estos dispositivos debían ser similares a grandes celebraciones, como la de la noche de Sant Joan o la de Fin de Año. Y precisamente como si de este caso se tratara, después de dos horas en el limbo (de las 22.00 a las 0.00), las campanadas del reloj daban paso a una nueva etapa con mucha más libertad en todos los sentidos.

Pese a ello, y sin olvidar el sufrimiento en todos los sentidos que hemos padecido desde el mes de marzo del pasado año, por supuesto desde las muertes a las consecuencias económicas y pasando por las secuelas emocionales de miles de personas, debemos ser todos conscientes de que la guerra no está en absoluto ganada. El ya importante nivel de vacunación, que protege a cada vez más franjas de la ciudadanía de posibles contagios, es un freno importantísimo ante la Covid, pero aún no ha llegado el momento de bajar la guardia del todo.

Debemos seguir respetando algunos de los nuevos hábitos que han llegado para quedarse durante tiempo como es el uso de las mascarillas, la higiene de manos y el mantenimiento de las distancias. Es por ello que podemos entrar en esta nueva etapa como si fuera después de la noche de Fin de Año, pero siendo conscientes de que aún debemos librar más batallas para poder superar la pandemia.

Ahora las autoridades nos dejan más libres, pero de nuestra responsabilidad colectiva depende de que sigamos por esta senda positiva y que no demos pasos atrás. .

Govern en minoría

El candidato de ERC a president de la Generalitat, Pere Aragonès, puso fin ayer a 83 días de negociaciones con JxCat y anunció su intención de constituir un ejecutivo en solitario, lo que sorprendió a los que habían sido sus socios, que, el día anterior y en palabras de su dirigente, Jordi Sànchez, auguraban un acuerdo “inminente”. El frente independentista queda pues resquebrajado y todo apunta a que el Govern que pretende encabezar Aragonès tendrá poco margen de maniobra si no se adapta a posibles pactos con otras formaciones, que hasta ahora poco se han tenido en cuenta.