EDITORIAL
Vacunas para los temporeros
Hemos entrado en una relativa normalidad con el fin del estado de alarma de una forma casi tan abrupta como la perdimos, y con un desbarajuste legal que ha permitido aceptar el toque de queda en algunos municipios y rechazarlo en otros dentro de la misma autonomía, y con cierto temor a que la alegría del fin de semana no se traduzca en nuevos rebrotes que vuelvan a frenarnos. Hay que confiar en que el buen ritmo de vacunación lo evite y que no haya pasos atrás porque la evolución de la pandemia es buena, y además se ha anunciado una buena medida, la vacunación de temporeros, que sobre todo en las comarcas de Lleida puede ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza.
Después de la nefasta experiencia del año pasado, que nos abocó a una nueva oleada de casos y al confinamiento de julio, se habían reclamado medidas complementarias para este año, y con los alcaldes del Baix Segrià a la cabeza se pedía la vacunación de los temporeros que vienen a la campaña de la fruta. La petición fue secundada por todo el sector y también por los alcaldes de las comarcas limítrofes tanto en Catalunya como en Aragón, aunque desde las administraciones mostraron ciertas reticencias por la posible discriminación de otros colectivos que también reclamaban la vacunación masiva, y hasta por el efecto llamada que podía tener, pero finalmente se ha considerado a los temporeros y a los inmigrantes sin regularizar como sector vulnerable y recibirán una vacuna monodosis, según confirmó el secretario de Salud Pública.
Es una buena medida que ayudará a normalizar la campaña y que, además, no perjudicará a otros colectivos porque el ritmo de vacunación es bueno y porque se enviarán más vacunas a Lleida y las zonas que acogen temporeros, porque se ha considerado que somos un territorio sensible a padecer más brotes. Algo lógico porque aumenta la población y, como se vio el año pasado, el riesgo de propagación aumenta y no siempre se aplicaron los protocolos de seguridad.
Cabe esperar que hayamos aprendido de los errores y la campaña de la fruta se desarrolle con normalidad y sin los problemas del año pasado que perjudican la imagen de Lleida.
Pacto de mínimos Ha tenido que ser la formación antisistema, la CUP, la que haya forzado una nueva reunión de los partidos que aspiran a gobernar Catalunya, ERC y JxCat, para alcanzar un pacto de mínimos que permita desencallar las negociaciones y evitar la repetición electoral. Sería una grave irresponsabilidad que no se pusieran de acuerdo en una situación tan dramática, y tendrían que explicar a la sociedad qué es lo que les separa y les impide llegar a un consenso que lleva meses reclamando la sociedad catalana.