EDITORIAL
Acuerdo de gobierno con cambio de carteras
Nueve días antes de que acabara el plazo y más de tres meses después de las elecciones, ERC y JxCat han llegado a un acuerdo para apoyar la investidura de Pere Aragonès y formar un gobierno de coalición. Era lo previsible y también la única opción para evitar una repetición electoral que nadie quería porque representaba mantener el impasse con el riesgo de que en las urnas se repitiera un resultado similar.
Estaban condenados a entenderse y aunque llegue más tarde de lo deseado, bienvenido sea si finalmente da lugar a un gobierno cohesionado y leal como prometieron ayer los portavoces de las dos formaciones. Falta el refrendo de las bases de JxCat que presumiblemente no será un problema y se podrá formar el gobierno pactado en el que ERC y JxCat intercambian consellerias y reformularán el papel del Consell per la República.
Según el reparto pactado, ERC mantendrá Educación y asume además de la presidencia las consellerias de Interior, Empresa y Trabajo, Feminismos e Igualdad, Cultura, y Acción Climática, Agricultura y Alimentación, mientras JxCat retiene el departamento refundido de Políticas Digitales e Infraestructuras y asume la vicepresidencia, además de Economía y Hacienda, Salud, Acción Exterior y Transparencia, Justicia, Derechos Sociales e Investigación y Universidades. Es decir, hay un reparto paritario de consellerias con algunas novedades como la nueva cartera de Feminismos, fusiones como la de Políticas Digitales e Infraestructuras y alguna separación como Trabajo y Derechos Sociales que estarán en departamentos diferentes.
Y salvo en Educación y en Políticas Digitales que conservan los partidos que ya las gobernaban, ha habido un intercambio de forma que las consellerias que hasta ahora estaban en manos de ERC pasan a JxCat y viceversa. Más allá de este intercambio que parecía previsible, las dos formaciones crean un espacio de coordinación y consenso para la estrategia independentista y también se buscará la coordinación bilateral para el control de los medios públicos y para la gestión de los fondos comunitarios, aunque en principio esta competencia importantísima en los tiempos que vienen queda adscrita a JxCat, mientras que la portavocía también cambia de bando y pasará ahora a ERC.
Un reparto equilibrado sobre el que se había especulado desde que se conocieron los resultados electorales y que ha tardado tres meses en fraguarse por estrategia negociadora o por discrepancias de modelo. Ahora, lo importante es que se empiece a gobernar, que se olviden los ataques cruzados en este tiempo y que sea realmente un gobierno fuerte y cohesionado como prometieron ayer Pere Aragonès y Jordi Sànchez.
No será fácil porque se han abierto demasiadas brechas, porque hay resquemores acumulados y porque sostienen estrategias diferentes, pero es lo que necesita el país con urgencia. Es hora de superar diferencias y gobernar.