Proteger la naturaleza, obligación de todos

Reiterar que el pasado año fue el más atípico vivido por la mayoría de ciudadanos es más que una obviedad. Tras el confinamiento obligatorio, desde el decretado a nivel domiciliario, municipal, comarcal hasta el nacional, lo primero que hicimos fue ampliar fronteras dentro de las posibilidades, con escapadas a la playa o a espacios naturales, siempre dentro de las fronteras catalanas, hasta que se pudo superar el límite de la comunidad.

Los parajes del Pirineo y Prepirineo fueron algunos de los destinos preferidos en esta etapa de salidas cercanas y esto conllevó masificaciones raramente vistas hasta entonces. Para evitar que se repitan situaciones similares en un futuro, con las vacaciones de verano a punto de empezar y con la suavización de las restricciones sanitarias, las administraciones responsables de estos enclaves naturales se han puesto manos a la obra para evitar aquello tan socorrido como es “morir de éxito” por la avalancha de visitantes.

Así, con el objetivo final de preservar un entorno natural idílico, en algunos casos se ha optado por aplicar una tasa de acceso que se impone, en la mayoría de ocasiones, a los vehículos; en otros la solución pasa por hacer reserva previa para poder entrar en estos espacios y, por último, se mantienen soluciones clásicas como la que ya está vigente desde hace años en el Parc Nacional d’Aigüestortes i Sant Maurici y que consiste en que solo está permitido acceder en taxi autorizado. Todos debemos ser conscientes de que es necesario implementar medidas para conservar un medio ambiente ya amenazado de por sí por el cambio climático y, por supuesto, respetarlas.

Además está en nuestras manos no solo preservar estos espacios naturales, sino también mejorarlos, evitando cualquier tipo de agresión y restaurando las que podamos detectar, ya sea en forma de vertidos o de desperfectos en el entorno. El futuro de nuestro planeta depende también de pequeños gestos que, poco a poco, debemos ir incorporando en nuestro día a día.

Se lo debemos a las generaciones que nos sucedan y nos lo agradecerán..

Las mascotas, otras víctimas

La cifra de mascotas censadas en las comarcas de Lleida dobla a la de niños y niñas menores de 10 años en Ponent, lo que demuestra que los animales de compañía se han convertido en un miembro más de las familias, con sus ventajas e inconvenientes. Y es que en el 80% de casos de violencia doméstica en hogares que cuentan con mascotas los agresores amenazan con matarlas o dañarlas para así infligir más castigo a sus víctimas. Ante esta situación son de aplaudir iniciativas como la del programa VioPet, creando casas de acogida de animales domésticos de mujeres que sufren violencia machista hasta que estas puedan encontrar un lugar seguro para vivir.