Visitas médicas a distancia con mesura

La pandemia de la Covid ha afectado a todos los ámbitos sociales y económicos pero, lógicamente, donde ha tenido un mayor impacto es en el sanitario. Sus profesionales han tenido que dar la máxima prioridad a atender los casos de infectados, intentar detectar contagiados, velar por el cumplimiento de medidas para evitar la propagación del virus y asumir la campaña de vacunación, entre otras labores indispensables.

No hay duda de que esta coyuntura ha provocado que la atención a pacientes que no sufrían esta nueva enfermedad ni patologías urgentes ha quedado relegada a un segundo plano, al igual que los controles periódicos. Otra de las consecuencias es que Salud ha limitado las visitas presenciales en los CAP para evitar el riesgo de contagio tanto de los usuarios como del propio personal sanitario.

Así que muchas visitas que habitualmente eran presenciales han pasado a hacerse por teléfono o por vía telemática, como por ejemplo a través de la aplicación “La meva salut”. Este tipo de consultas ya se había implantado anteriormente, pero en mucha menor proporción.

Ahora que se empieza a vislumbrar el final de la pandemia, tanto el Institut Català de la Salut como los propios médicos de Primaria coinciden en que una parte importante de las visitas, como mínimo alrededor de un 25%, se continuarán haciendo de esta forma. Bien está que se aprovechen las nuevas tecnologías para ahorrar consultas de trámite, como por ejemplo que el médico notifique al paciente el resultado de una analítica en la que no hay ninguna anomalía.

No obstante, como en tantas otras cosas, hay que actuar con mesura. La relación de confianza entre el personal médico y el de enfermería por un lado, y los usuarios por el otro, implica la necesidad de un contacto lo más próximo posible.

Además, en un momento en que el Govern pone la atención en materia de salud mental como una de sus prioridades, resulta más que evidente que una visita cara a cara ofrece muchas más posibilidades de que el profesional pueda detectar alguna anomalía en el paciente, o bien de que este se encuentre más predispuesto para explicarla abiertamente. Hay que utilizar las nuevas tecnologías en todos los sectores, pero en la sanidad hay que priorizar el contacto directo entre profesionales y usuarios.

El peligro de los cauces Un adolescente de 15 años falleció el sábado ahogado en la Mitjana, en el tramo final del canal de Balaguer, que más que un canal es un curso fluvial. Y como sucede en diversos puntos de los ríos, la calma del agua en la superficie del cauce esconde fuertes corrientes bajo la misma que atrapan a los que no saben nadar bien.

Por eso hay que pedir prudencia y evitar bañarse en zonas donde no está permitido..