Hay que combatir las tesis negacionistas

Que a estas alturas de pandemia, con más de cuatro millones de fallecidos en todo el mundo y otros tantos casos registrados en España, aún haya gente que sostenga posturas negacionistas es verdaderamente preocupante y que tengan seguidores posturas como las mantenidas por el cantante Miguel Bosé y el horticultor Josep Pàmies, que celebraron un acto en Balaguer este fin de semana, ya hace pensar en los límites de la estupidez, que no tendría más importancia si no ayudara a confundir y a manipular a muchas personas de buena fe dispuestas a creerse cualquier versión conspiranoica de la realidad.

Como advierte el presidente del Colegio de Médicos de Catalunya, Jaume Padrós, lo más preocupante en estos momentos es que haya gente que crea que la pandemia no va con ellos. Los millones de contagios registrados son una triste evidencia, a los muertos por Covid nadie les devolverá la vida pero hemos tenido que lamentarlo y reducir tanta tragedia como dice el cantante a que nos mienten y nos manipulan y que solo los negacionistas están en posesión de la verdad es alimentar la ignorancia y la insolidaridad, y al mismo tiempo alimentar la propagación de la epidemia.

Cuestionar como ellos lo hacen la eficacia de las vacunas que han salvado millones de vidas roza la irracionalidad, porque está más que probado científicamente que reducen el riesgo de contagio y minimizan los efectos del virus y no basta con no hacerles caso, porque tienen sus propios altavoces en las redes sociales para divulgar sus falsedades.

Hay que desmentirles y desenmascarar sus falacias porque está en juego la salud de todos y porque es una cuestión de solidaridad y de responsabilidad que todos sigamos las recomendaciones de las autoridades sanitarias para combatir la pandemia. Y si alguien no respeta las distancias, no usa las mascarillas o no se vacuna, se convierte en un elemento de riesgo que puede contagiar a quienes le rodean.

Ellos dicen que no se tiene que vacunar a los niños bajo ningún concepto, pero las campañas de vacunación han servido para erradicar enfermedades que eran mortales en otros tiempos y en estos momentos quienes más están sufriendo los efectos de la Covid son los jóvenes a los que todavía no se ha podido suministrar la dosis completa.

Que no intenten dar lecciones de salud horticultores o cantantes porque ha habido demasiado sufrimiento en este año y medio que llevamos de pandemia para que intenten liarnos con supercherías o discursos de iluminados. Tampoco podemos relajarnos porque la misma realidad, las cifras que publicamos cada día, muestran que en cuanto se relajan las precauciones, en cuanto se intenta recuperar la normalidad, los contagios se multiplican, crecen los ingresos sanitarios y se multiplica el riesgo.

Y de momento, el mejor instrumento del que disponemos es la vacunación masiva..