EDITORIAL
En alerta máxima por los incendios
Contamos los días de la última semana por incendios de mayor o menor magnitud, tanto en las comarcas de Lleida como en el resto de Catalunya. El más dañino fue el que tuvo como escenario el parque nacional del Cap de Creus, en Girona, hace diez días, y le han seguido otros como el que afectó al Montgrí, no muy lejos del primero, el de Santa Coloma de Queralt de ayer y, por suerte de muy menor incidencia, los de Àger y Llavorsí, así como el declarado ayer en Vilamitjana, núcleo de Tremp. El intenso calor de estos días ha ayudado a convertir la situación en más crítica y ha hecho necesario extremar las precauciones y declarar el Plan Alfa 3, el nivel máximo, en diferentes municipios, así como cerrar accesos a espacios naturales que, en el caso de Ponent, ha afectado al valle de La Baronia de Rialb.
Así, el jueves, los Agentes Rurales procedieron a clausurar esta zona, impidiendo a los turistas llegar hasta enclaves cada vez más concurridos como el Forat del Buli. Y como siempre ocurre, la actuación de las diferentes administraciones, tanto preventiva como in situ, es básica para evitar este tipo de siniestros, pero de poco sirve si la ciudadanía no es consciente de que es imprescindible su colaboración y su autorresponsabilidad evitando actividades de riesgo. Porque es más que preocupante que el 42 por ciento de los incendios registrados en los últimos días en Catalunya hayan sido fruto de negligencias, como el ya citado del Cap de Creus, que todo apunta a que fue causado por algún desaprensivo que lanzó una colilla en el bosque.
Y este es solo un caso de los más de 530 avisos que los Bomberos han atendido en lo que va de julio en Catalunya, cifra que contrasta con los 291 registrados el mismo mes del año pasado. Toda precaución es poca y debe exigirse de nuevo la máxima atención y respeto a las normas a aquellos que quieran disfrutar de vacaciones o días de descanso en espacios naturales. El medioambiente y el ocio son por supuesto compatibles pero su interactuación implica tener un respeto absoluto por el entorno, especialmente en los espacios naturales.
. Objetivo: salvar la cultura
La Covid, además de las irreparables pérdidas humanas, ha conllevado la aplicación de una serie de restricciones que han afectado a todos los sectores y uno que se ha resentido especialmente es el de la cultura, con anulación de todo tipo de actividades de un colectivo que, en muchos casos, ya era precario. Ahora, autonomías y Gobierno central han acordado el reparto de 165 millones para reactivar este sector, 23,8 de los cuales están destinados a Catalunya. Es de esperar que esta inyección sirva para reflotar a todo tipo de creadores y promotores porque la cultura es un pilar básico de la sociedad, imprescindible para avanzar como tal.