La atención a los mayores, en manos privadas

La pandemia tuvo especial incidencia en algunas residencias geriátricas cuyos internos sufrieron con más virulencia el impacto del virus y ha provocado que muchas familias hayan preferido no ingresar a personas mayores en estos centros hasta que se normalice la situación.

Esta retracción de la demanda ha provocado que, según la entidad que agrupa a las empresas del sector, haya quedado vacío un 15 por ciento de las plazas, pero hay que tener en cuenta que la oferta se concentra en el sector privado, mientras que en las residencias públicas sigue habiendo déficit con listas de espera. Pero es evidente que, teniendo en cuenta el progresivo envejecimiento de la población, el aumento de la esperanza de vida y los nuevos hábitos sociales que complican la atención familiar a los mayores, la demanda de plazas de geriátricos aumentará, y así lo han visto empresas privadas y fondos de inversión que apuestan por este sector y, como explicamos ayer, la oferta de plazas en Lleida ciudad se disparará en un 40 por ciento con 439 nuevas plazas creadas en cuatro nuevas residencias, todas privadas y auspiciadas por grupos como ACS, liderado por Florentino Pérez, que ha diversificado sus negocios de construcción, o por fondos de inversión que están en el sector con otra residencia, como Healthcare Activos, y que ya cuenta con otra residencia en Ciutat Jardí, y otros que ya han pedido la correspondiente licencia como Ares Capital Real Estate, que rehabilitará la vieja residencia del Pare Coll.

El problema es que la inmensa mayoría de las plazas que se van a crear son privadas y que solo unos pocos podrán pagárselas, porque del millar de plazas que hay actualmente en la ciudad, solo 243, las de la Llar de Sant Josep y las dos de Balàfia, son de titularidad pública y no pueden atender la demanda existente.

A la vista de las necesidades crecientes, habría que exigir a las administraciones un esfuerzo para crear nuevas plazas públicas en las que se pueda atender a los mayores con menos recursos, de forma que la atención geriátrica no se convierta en un nuevo negocio en manos mayoritariamente privadas.

Un mes de julio nefasto El trabajo de los bomberos con la ayuda de la lluvia ha permitido estabilizar el incendio de L’Anoia después de que arrasara 1.700 hectáreas en el peor siniestro de un mes de julio nefasto en el que ya se han registrado 51 fuegos. Los bomberos ya habían avisado de los riesgos que corremos y, aunque no se han concretado las causas, sí parece evidente que hay un origen humano, no se sabe si accidental o intencionado, en el inicio del fuego que arrancó en los márgenes de una carretera. Hay que extremar la prudencia si queremos tener un verano tranquilo.