EDITORIAL
El error de la silla vacía
Puede entenderse que los gobernantes de Catalunya no se sientan cómodos en una conferencia de presidentes autonómicos, también puede ser comprensible que no quieran una foto de familia rodeando al rey e incluso es normal que discrepen del formato de la reunión, porque también lo han hecho los presidentes del PP, con intervenciones reducidas a diez minutos, pero lo que no es comprensible es que los gobernantes catalanes renuncien a acudir a un encuentro en el que se discute sobre el reparto de los fondos comunitarios pospandemia. Elegimos a unos representantes para que defiendan los intereses de Catalunya en todos los foros, incluso aquellos en los que no se sienten cómodos o en los que a priori no esperen obtener resultados. ¿Acaso no acuden los diputados independentistas al Congreso, aunque no se sientan españoles, a defender los intereses de Catalunya? Hasta los más radicales que propugnaban no acudir a las instituciones, tanto en Catalunya como en Euskadi, han asumido que la táctica de la silla vacía no tiene más efectividad que una pataleta, un gesto para la galería y que como nos pasa a todos también hay que ir a las reuniones o los actos que no nos gustan.
Como decía Antonio Machado, hay que hacer política, porque si no te la hacen, alguien la hará por ti y probablemente contra ti. Hay que aprovechar todas las oportunidades para hacer política, para hacer oír la voz de Catalunya y defender sus intereses, especialmente en los foros que puedan parecer más adversos y además hay que ser prácticos y preguntarse si Catalunya gana algo con la silla vacía o por el contrario hubiera podido obtener algún beneficio con la asistencia de su presidente. Los escépticos pueden preguntarle a Urkullu que antes de empezar la reunión ya había conseguido una nueva cesión de competencias con la gestión de la recaudación de tres impuestos, algo que probablemente son minucias para quienes aspiraban a todo y se han quedado por el camino.
Y la participación en la reunión de ayer no es excluyente de la reunión bilateral prevista para el lunes y que también ha levantado críticas entre los presidentes del PP, por lo que consideran una relación asimétrica, algo que tiene su explicación porque la situación en Catalunya es diferente a la que puede haber en otras comunidades y también el marco de relaciones puede ser específico, mientras que ayer, en la conferencia de presidentes, se abordaron las cuestiones más generales. Y es una buena noticia que empiecen a llegar ayudas europeas para la recuperación postpandemia, se anuncian 10.500 millones para este año, también es positivo que sean las autonomías las que gestionen el 55 por ciento de estos fondos y que se confirme la compra de 3,4 millones de dosis de vacunas para acelerar el ritmo de vacunación este mes de agosto. Siendo prácticos, la salida de la pandemia y el maná europeo bien valen una foto.
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