EDITORIAL
Olímpicos leridanos, nada es casualidad
Ensalzábamos el pasado domingo la tradición piragüista de Lleida, que se remonta a antes de la Guerra Civil y que tuvo en los años 60 su primera representación olímpica, en Roma con Joaquim Larroya, y su cúspide, hasta ahora, con los 5 metales logrados por Saúl Craviotto.
En medio, las excelentes infraestructuras construidas en La Seu con Barcelona 92 para el canal de eslalon de aguas bravas, de donde han salido los principales especialistas de los últimos años, y el campo de regatas del Noguera Pallaresa en Sort, uno de los mejores ríos del mundo para la práctica de deportes de aventura y piragüismo. Esta cantera, tradición e inversiones, que todas las patas son imprescindibles para mantener en pie una mesa, han propiciado los éxitos ahora evidentes.
Lleida ha estado representada por 4 atletas en los Juegos de Tokio y 3 de ellos han conseguido o medalla o diploma olímpico, y en el caso de Saúl las dos cosas y, evidentemente, las piraguas se han llevado la palma de laureles.
Craviotto, plata en K4 500 y diploma en K1 200, y Núria Vilarrubla, diploma en C1. Sin olvidar que Maialen Chourraut, que también obtuvo medalla, ha hecho la mayor parte de su carrera deportiva en el Alt Urgell.