EDITORIAL
Un millón de vacunas en la nevera
La primera noche sin toque de queda en casi toda Catalunya (en Lleida solo Balaguer y Alcarràs tienen restricción horaria nocturna), con incidentes en Barcelona y playas de la Costa Daurada y Costa Brava, hace prever que el fin de semana esté plagado de botellones y fiestas ilegales dado que el horario de cierre de la hostelería se mantiene en las 00.30 horas. Estamos en pleno verano, la juventud lleva muchos meses contenida y, si bien los establecimientos de hostelería cumplen a rajatabla aforos y máximo de ocupación por mesa, en el ámbito privado muy pocos se ajustan a las 10 personas como límite permitido para cualquier reunión o evento. El ocio nocturno sigue cerrado y la leve mejoría de los contagios, rebrotes, hospitalización y UCI da una falsa sensación de seguridad que en nada se corresponde a la situación epidemiológica, con las PCR positivas muy por encima del 5% que marca la contención y con todavía una media de muertos por semana nada tranquilizadora.
La Generalitat vuelve a intentar convencer al TSJC de que es necesario aún el toque de queda para frenar los casos de coronavirus, pero se antoja arduo complicado que sea la solución para los botellones o fiestas multitudinarias. Lo prioritario es que el más de un millón de vacunas que Catalunya tiene en las neveras encuentren a quién inyectarse. La inmunidad es lo único que vencerá la gravedad y mortandad de la Covid-19 y es muy triste, por no decir directamente una vergüenza, que mientras en el tercer mundo llegan con cuentagotas las inoculaciones, aquí las tengamos en la nevera esperando voluntarios que están de vacaciones o directamente se niegan a colaborar en la inmunidad.
La insistencia de la FiscalíaLa Fiscalía de la Audiencia Nacional mantiene la acusación de “pertenencia a una banda terrorista” para los CDR detenidos en la denominada “operación Judas” en septiembre de 2019. La misma Audiencia ya se había pronunciado sobre esta operación asegurando que no había pruebas sobre que los CDR tuvieran explosivos, restando credibilidad al informe aportado por la Guardia Civil y dejando en libertad a los arrestados. Ahora, la Fiscalía insiste en acusarles de terrorismo y será el juez quien decida si los sienta en el banquillo o archiva definitivamente el caso.
No nos corresponde, ni tenemos la información necesaria para ello, aconsejar u opinar sobre cuestiones judiciales de las que no disponemos de datos, pero parece evidente que parte de la judicatura no está dispuesta a colaborar en la nueva etapa de diálogo que han iniciado Catalunya y España para encontrar una salida política a un conflicto que ha llevado a la cárcel a políticos democráticos y líderes de asociaciones ciudadanas pacíficas..