EDITORIAL
El virus de las noches sin toque de queda
Cuando el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) rechazó las dos últimas propuestas de toque de queda que le presentó el Ejecutivo catalán el conseller de Sanidad, Josep Maria Argimon, ya advirtió que les quitaban “la herramienta más potente para frenar los contagios”. Pero el tribunal fue tajante y consideró la medida “innecesaria y desproporcionada”. El TSJC solo avalaba el toque de queda en 19 municipios catalanes y la Generalitat decidió levantarlo en todo el territorio.
Desde entonces, se han sucedido los enfrentamientos entre jóvenes que quieren alargar la noche y Mossos d’Esquadra. Sucedió en las fiestas de los barrios de Gràcia y Sants de Barcelona, en poblaciones costeras, pero también en Alpicat y en La Seu d’Urgell. Aunque no haya toque de queda, las restricciones por la pandemia prohíben las reuniones de más de diez personas y, además, es obligatorio el uso de la mascarilla en el exterior cuando no se puede garantizar una distancia de más de 1,5 metros.
Mossos y policías locales aseguran que no tienen medios para hacer frente a esta situación. El sector del ocio nocturno, el más perjudicado económicamente por la pandemia, asegura que si se les permitiera reabrir se acabaría con los botellones. Mientras, la semana pasada en Alpicat y esta en La Seu d’Urgell se han vivido momentos de tensión.
En la capital del Alt Urgell han tenido que intervenir los antidisturbios durante dos noches seguidas para desalojar a los jóvenes, que arrojaron botellas y otros objetos a los agentes. La madrugada de ayer acabó con un mosso herido y un joven detenido. Más o menos a la misma hora el Parc de l’Espanya Industrial de Sants se convertía en un vertedero tras una batalla campal que acabó con seis mossos heridos y un detenido.
Es evidente que esta situación es insostenible. Si la pandemia obliga a reducir las interacciones sociales para evitar nuevos contagios, los tribunales deberían apoyar a las autoridades sanitarias. De momento, los datos siguen a la baja, pero aún no han pasado los preceptivos 15 días para saber si las fiestas descontroladas pasarán factura.
La luz, desorbitada El precio de la luz vuelve a dispararse hoy un 22% y pulveriza otro récord histórico. Costará de media 124,45 euros/MWh en el mercado mayorista, una cifra que supone el triple de lo que se pagaba hace solo un año. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, comparecerá hoy a petición propia ante la comisión de su ramo en el Congreso asediada por la oposición y por sus propios socios de Unidas Podemos, que piden crear una compañía eléctrica pública.
Algo hay que hacer porque la subida es insostenible. .