EDITORIAL
El certificado Covid, una garantía
La mayoría de países europeos ya exigen el certificado Covid para acceder a actos públicos de todo tipo, desde culturales o deportivos a congresos, ocio nocturno, transporte y cualquier otra actividad que presuponga concentración de personas.
España todavía no, y sería importante que este debate no se demore ni un día más. Con el fin de todas las restricciones aprobadas ayer por el comité técnico del Plan de Protección Civil de Catalunya (Procicat) se elimina el límite de diez personas en reuniones sociales y familiares.
El número de asistentes pasará a ser entonces una recomendación, frente a lo que los portavoces del Govern han pedido “sentido común”.
Entre las nuevas medidas de flexibilización aprobadas también destaca el hecho de que se permitirá que hasta diez personas puedan estar sentadas en la terraza de un bar o restaurante, no habrá límite en los actos religiosos y los estadios podrán tener un aforo del 40%. En cambio, la Generalitat no pone fecha a la reapertura del ocio nocturno, aunque baraja hacerlo cuando en las UCI haya ingresadas menos de 100 personas (en estos momentos 300).
Salud quiere centrarse ahora en un retorno a las aulas seguras y para ello cree necesario prolongar unos días o semanas la reapertura de pubs y discotecas.
No seremos nosotros quienes antepongamos la reactivación de un sector al bienestar común, pero sería bueno que tanto la administración catalana como la española sopesaran implantar el certificado Covid, que posibilitaría no solo la activación del ocio de noche, sino una mayor seguridad en todos los ámbitos de la salud pública. Si no se puede, o no se cree conveniente cambiar las leyes que amparan la libertad de vacunación de los ciudadanos, no hay impedimento alguno para poder exigir este salvoconducto de la pandemia.
Hasta que el virus haya desaparecido, o conviva con nosotros como una gripe más, debemos asegurarnos la vuelta a la normalidad social y económica lo más rápidamente posible y este certificado es una excelente manera de hacerlo para salvaguardar las libertades individuales y proteger la salud de todos.
Micropueblos y los refugiados Acoger refugiados en pequeños pueblos para revertir la despoblación. Esta es la propuesta que la Associació de Micropobles negocia con la Generalitat, y a la que se han adherido por ahora siete municipios de las comarcas leridanas.
Los ayuntamientos pueden ofrecer viviendas vacías y buscan ahora apoyo del Govern para facilitar que los futuros vecinos tengan un empleo y puedan incorporarse a nuestra sociedad.
Una iniciativa excelente que garantiza una integración casi individual y más que sostenible y un enriquecimiento cultural y poblacional. .