No hay futuro sin presente

El aprovechamiento óptimo de los recursos biológicos renovables que no se utilizan actualmente para crear productos de mayor valor añadido es la base del plan del Govern para impulsar la estrategia de bioeconomía catalana, según los planes expuestos en la Llotja el marco de la Fira Sant Miquel.

Se trata de un proyecto hasta el 2030 que quiere mejorar la competitividad del sector primario, favoreciendo la creación de puestos de trabajo, así como dar una segunda vida a productos del sector forestal y agroalimentario. Lleida sin duda dispone de un gran potencial en el campo de la bioeconomía y ello supone una gran oportunidad como territorio.

La madera de los bosques, las deyecciones ganaderas u otros productos orgánicos, como lodos de depuradoras, o las fracciones orgánicas de los residuos de la fruta, son muchos nutrientes de que dispone el país.

Si podemos producirlos aquí se generarían puestos de trabajo y se podría hacer una gestión más eficiente de todos estos recursos. Una hoja de ruta de futuro es vital para acometer con éxito la transformación que todos los sectores de la economía han de afrontar, el campo y el sector agroganadero incluidos.

Pero es evidente que esta planificación a medio plazo debe ir paralela a afrontar los retos del presente, que engloban desde la solución al encarecimiento de los carburantes y el precio de la electricidad a la tan prometida prohibición de la venta a pérdidas, que no termina de llegar nunca.

Para que estos agricultores y ganaderos del futuro puedan aprovechar el potencial digital, innovar, crecer y reconvertirse han de poder ganarse la vida hoy y esto tiene todavía muchas asignaturas por aprobar y en las que las administraciones han de poner todo su empeño. De poco serviría, por poner un ejemplo, diseñar una reducción de CO2 en el siglo XXII si no bajamos las emisiones contaminantes que amenazan al planeta desde hoy mismo.

Los cambios han de diseñarse partiendo del presente, de lo contrario, solo cuatro grandes firmas con potencial económico podrán adaptarse y prepararse para el futuro.

Por poner otra comparación, es como si todo el esfuerzo que ha hecho Lleida para construir el canal Segarra-Garrigues solo favoreciera en el futuro a grandes trust económicos.

Bendita presencialidad La pandemia nos ha enseñado que el teletrabajo es un complemento ya insustituible para muchos sectores de la economía y que la tecnología online nos permite interacciones hasta ahora insospechadas, pero el coronavirus también ha servido para dar valor a algo que dábamos por descontado: el contacto humano, la sociabilización y el poder ver in situ las cosas.

¡Bendita presencialidad en la Fira! .