EDITORIAL
Acuerdo para derogar la reforma laboral
Finalmente ha habido acuerdo entre los socios del gobierno para derogar la reforma laboral aprobada por el gobierno de Rajoy en 2012. No podía ser de otra manera porque era uno de los acuerdos que facilitaron el gobierno de coalición y porque en el compromiso asumido por Sánchez ante Bruselas dentro del plan de recuperación y resiliencia se incluía un nuevo marco de relaciones laborales. Al margen del nuevo marco de relaciones laborales que tiene que diseñarse la primera polémica había surgido con la expresión “derogar” defendida por la ministra de Trabajo y por Podemos frente a las expresiones más suaves de la vicepresidenta económica que hablaba de modernizar e incluso “reformar la reforma laboral”.
Tras la reunión de ayer, se habla taxativamente de derogación de una norma que solo ha servido para precarizar el empleo y perjudicar a muchos trabajadores y no de un simple parcheo que ya empezó con la eliminación de los despidos por bajas médicas en un primer cambio que después no ha tenido continuidad. No se ha entrado en detalles que se han dejado para la negociación previa a la aprobación del decreto ley, pero hay consenso en acabar con la temporalidad, que permitía contratos de días o de fines de semana, y con la precarización de estos contratos, que se traducía en sueldos más bajos en las nuevas contrataciones. Sánchez había mostrado especial interés en mantener el consenso, no solo con su socio Podemos, sino también con los agentes sociales, sindicatos y empresarios, para evitar que la patronal se descuelgue de las nuevas formas de contratación.
Aún habrá debate sobre la prevalencia del convenio sectorial frente al de empresa, como propugnan los sindicatos partidarios de recuperar la primacía del convenio de sector, habitualmente más beneficioso para el trabajador por una mayor capacidad negociadora frente al de empresa que defienden los empresarios, y también se quiere recuperar la ultraactividad del convenio si no hay acuerdo para su renovación y que Rajoy había limitado a un año. Sí habrá acuerdo en revisar las formas de subcontratación que habían llegado a extremos discriminatorios por ejemplo entre el personal de limpieza y que ahora se limitará y habrá que diseñar un nuevo marco de relaciones laborales que favorezca la creación de empleo estable y garantice el mantenimiento de la capacidad adquisitiva. Aún puede haber roces porque el acuerdo de ayer es eminentemente político sin entrar en el detalle de las cuestiones técnicas, pero el principio de acuerdo es positivo y solo por el impacto de la pandemia se puede entender que la norma ya no esté derogada y que ahora haya que acelerar la negociación para que la nueva regulación laboral esté aprobada antes del 31 de diciembre como sí exige la Unión Europea.