EDITORIAL
Freno a estas salvajadas
Mientras los Mossos estrechan el cerco a los violadores de la chica de Igualada, la madre de la víctima ha dirigido una emotiva carta al presidente del Gobierno en la que exige que de una vez por todas frenen ya estas salvajadas. Pide que se endurezcan las penas para estos desalmados y que se arbitren medidas para que no vuelvan a repetirse agresiones sexuales con más vigilancia en las zonas de ocio, más controles del consumo de drogas y alcohol y la implantación de una pulsera salvavidas para alertar a la policía en caso de peligro porque “cuando tocan a una mujer nos tocan a todas”. Poco más se puede añadir al dolor y la indignación de esta madre más que adherirse a su petición e insistir que padecemos una lacra que sigue lejos de erradicarse.
La misma consellera de Feminismos e Igualdad reconocía ayer que en Catalunya se registran tres denuncias por violación cada día, y que es solo la punta del iceberg porque hay muchas más violaciones y agresiones sexuales que no llegan a denunciarse. Hoy mismo recogemos otro caso en Lleida y en los juzgados se acumulan casos de agresiones y abusos sexuales que muestran que tenemos un serio problema de convivencia que hay que atacar de raíz, empezando por la escuela, donde tienen que fomentarse los valores de respeto y de igualdad, siguiendo por el conjunto de la sociedad, que tiene que erradicar las conductas sexistas, y continuando por las fuerzas de seguridad, que deben extremar los protocolos de protección y de vigilancia para atender a víctimas potenciales, y también con los jueces, que deben ser contundentes en las condenas de estos delitos y con el cumplimiento estricto de las penas con vigilancia para evitar casos de reincidencia. No podemos permanecer impasibles ante este aluvión de agresiones, ni resignarnos con la sensación de inseguridad que sigue acompañando a las mujeres, que salen con miedo a determinadas horas. Hay que diseñar un plan global con más educación, también más vigilancia y cuando proceda mano dura al delincuente.
Pagar para reclamar
La Agencia Tributaria Catalana ha empezado a enviar notificaciones para cobrar el impuesto ambiental, la tasa sobre el CO2 introducida con la ley del cambio climático, pero las ha enviado hasta por coches que no existen, que fueron dados de baja o robados y hasta exige en algún caso que se persone el propietario aunque haya fallecido. Por lo que parece, el registro no está actualizado y se reparten culpas entre las agencias tributarias y los servicios de tráfico de España y Catalunya, pero lo más sangrante es que para poder recurrir y que se corrija el error hay que pagar primero. Y todo telemáticamente, con los consiguientes atascos. Algo habrá que arreglar.