EDITORIAL
En manos de 400 votantes
Las asambleas de la CUP se han pronunciado y, de los 462 militantes que han votado, el 63 por ciento se ha pronunciado a favor de una enmienda a la totalidad de los presupuestos elaborados por el Govern y el 33 por ciento a favor de abstenerse, y en una segunda pregunta el 68 por ciento está a favor de seguir negociando pese a la enmienda a la totalidad, mientras que el 28 por ciento apuesta por zanjar las negociaciones. En consecuencia, la CUP seguirá negociando para que se introduzcan “cambios sustanciales” en los presupuestos antes del lunes, cuando se cierra el plazo de presentación de enmiendas, y de no conseguirlos mantendrá la enmienda a la totalidad. Los socios de gobierno, ERC y JxCat, ratifican su intención de sacar adelante los presupuestos con el respaldo de la CUP y seguirán negociando, aunque las distancias aún parecen grandes a tenor de lo expuesto por la portavoz cupaire, que hablaba de presupuestos continuistas, que siguen los mandatos de la patronal Foment del Treball y que presentan mejoras insuficientes.
O sea que de momento seguimos como estábamos, con la amenaza concretada de una enmienda a la totalidad que visualizaría el desmarque de la CUP y la ruptura de la mayoría independentista del 52 por ciento de diputados. Los militantes cupaires están en su derecho de exigir la máxima adaptación de los presupuestos a su programa electoral, pero el Govern y los grupos que le apoyan también deben tener en cuenta que los nueve diputados anticapitalistas no pueden marcar la política económica, decidir las inversiones, ni frenar la posible recuperación económica. Ya han cedido en el proyecto de Hard Rock que representaba la mitad de las inversiones de la Generalitat en Tarragona y también en la dotación presupuestaria para los Juegos Olímpicos de invierno hasta después de la consulta que debería despejar dudas sobre la ilusión de las comarcas pirenaicas sobre el proyecto y habrá que ver cuáles son las nuevas exigencias y si ERC y JxCat están dispuestas a asumirlas.
Para los socios de gobierno es importante mantener la mayoría parlamentaria del 52 por ciento y desde el inicio del mandato han proclamado que la CUP es su socio preferente, pero tendrán que elegir entre mantener esta mayoría o marcar su propia política económica y no hipotecarla a las exigencias anticapitalistas. Por importante que sea coincidir en el planteamiento independentista, es evidente que el proyecto de Catalunya de unos y otros es diferente, con planteamientos económicos que en algún caso incluso pueden ser contrapuestos. En unos momentos en que todavía no podemos vernos libres de la pandemia, lo importante es sacar adelante unos presupuestos expansivos que primen el gasto social, la inversión y la recuperación, y si la CUP no comparte este proyecto, el Govern tiene otras opciones para conseguir su aprobación, que es imprescindible.