Por una segunda oportunidad

La crisis de la Covid ha propiciado que hayan aumentado los casos de empresas y particulares que se han visto literalmente arruinados y sin más opción que involucrarse en la espiral de contraer nuevas deudas o acogerse a la ley de la segunda oportunidad, un instrumento que antes solo se aplicaba para empresas y que ahora también permite que familias o particulares puedan acogerse a la exoneración total o parcial de sus deudas para volver a empezar de cero. Aunque no es una figura excesivamente conocida, más de 300 leridanos se han acogido a esta iniciativa desde 2015, pero es evidente que es una ley poco conocida que podría ser más aprovechada. Para acceder a sus beneficios hay que probar que no se dispone de dinero ni activos suficientes para afrontar la deuda y que se ha obrado de buena fe, es decir, que antes de acudir al concurso se ha intentado llegar a un acuerdo con los acreedores, que la insolvencia no ha sido provocada deliberada o maliciosamente, que no ha sido condenado en el concurso de acreedores, que no haya rechazado un trabajo en los últimos cuatro años y que tampoco se haya acogido a esta ley en los últimos diez años, ni haya sido condenado por delitos contra el patrimonio, por falsedad documental o contra los derechos de los trabajadores.

Es decir, que intenta beneficiar a las empresas, personas o familias que han obrado de buena fe, sin cometer ningún delito, pero que se han encontrado con reveses económicos o deudas financieras que les impiden seguir adelante y, según los datos expuestos en el congreso que se está celebrando, en un 95 por ciento de los casos se concede esta segunda oportunidad. En la práctica, se puede conseguir desde una exoneración total, salvo las deudas por pensión alimenticia para los hijos o las contraídas con la administración, en las que se pueden perdonar los intereses y las sanciones, u otra parcial, con reducción de la deuda y fijación de plazos para ir pagando, algo que también suele convenir al acreedor que con esta fórmula puede recuperar parte de la deuda. Es un instrumento para ayudar a quien lo necesita y merece una segunda oportunidad en su vida familiar o empresarial.

Los crímenes del franquismoLas enmiendas a la ley de memoria histórica han vuelto a abrir la caja de Pandora de poder juzgar los crímenes del franquismo con una iniciativa de PSOE, Podemos y ERC, que hacen diferentes interpretaciones. A diferencia de lo sucedido en otras dictaduras, aquí no hubo una revisión y los intentos de juicio han chocado con los jueces, con la irretroactividad del Derecho Penal y hasta con la ley de amnistía aprobada para favorecer antifranquistas y que ahora beneficia a franquistas. Pero los crímenes de lesa humanidad de una dictadura no prescriben.