EDITORIAL
La imparable subida de la luz
No han funcionado ni los tramos horarios recomendados por la vicepresidenta tercera para poner los electrodomésticos, ni las amenazas de recortar beneficios a las eléctricas, ni tampoco las rebajas en el IVA que no dejan de ser un paliativo que acabamos pagando todos y los precios de la luz siguen disparados después de tres meses en los que han ido batiendo récords. Ayer se alcanzó un récord histórico con 291,73 euros por megavatio/hora y hoy se batirá otra vez el récord superando la barrera de los 300 euros hasta llegar a 302,48 por megavatio/hora. Para hacerse una idea de la espectacular subida que hemos padecido basta recordar que a principios de este año el precio medio por megavatio/hora estaba en 42,51 euros y que en mayo llegó a bajar hasta los 10,53, mientras que en los tres últimos meses la subida ha sido constante y progresiva hasta alcanzar estos récords, con el agravante de que la situación se mantendrá o empeorará.
Los expertos lo atribuyen al encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 y sobre todo a la escalada del precio del gas, del que se alimentan las centrales de ciclo combinado, que mayoritariamente en Europa dependen de los suministros de Rusia y cuya cotización se ha multiplicado por siete. Las tensiones con Ucrania, por donde pasa el principal gasoducto a la espera de que entre en funcionamiento otro que sorteó este territorio conflictivo, hacen temer que la escalada del gas se mantendrá durante todo el invierno, con la evidente repercusión en el precio de la energía eléctrica en virtud del sistema de fijación de precios marginalista que aplica el más caro por acuerdo comunitario. Frente a esta situación, los gobiernos nacionales han mostrado su impotencia y la desunión comunitaria ha hecho el resto porque hasta ahora Alemania y los países del norte y el centro de Europa han frenado las propuestas para una compra conjunta del gas, como se ha hecho con las vacunas, que conseguiría mejores precios y una posición más fuerte frente a Putin, o también desvincular el precio de la luz de la cotización del gas con un nuevo mecanismo de fijación de precios en el que se revisara también el mercado de derechos de emisión de CO2.
Como no hay acuerdo y la burocracia comunitaria lleva sus propios ritmos, la luz seguirá subiendo durante todo el invierno, y al Gobierno español no le ha quedado otra opción que prorrogar hasta abril las rebajas aprobadas en noviembre por las que el IVA sobre el recibo de la luz bajaba del 21 al 10, quedaba exento el de generación de electricidad y el especial sobre electricidad bajaba del 5,11 al 0,5, con la consiguiente pérdida de ingresos, que solo se palia en parte con el aumento de ingresos por los derechos de emisión. Pero los ciudadanos y las empresas seguiremos pagando más cara la electricidad, que ya se ha convertido en la primera preocupación de la gente y una amenaza a la recuperación económica.