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El SARS-CoV-2 no parece tener espíritu navideño y en su variante ómicron se está propagando a una velocidad que ya ha obligado a tomar medidas drásticas a muchos gobiernos. Las temidas restricciones vuelven a estar sobre la mesa, aunque se diga con la boca pequeña. Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el sábado que ayer haría una declaración institucional, en sectores económicos tan castigados por la Covid como la restauración y el ocio nocturno se contuvo la respiración.

Sánchez anunció una reunión con los presidentes autonómicos para esta semana. Se trata de buscar consensos para la aplicación de restricciones frente al ascenso de la sexta ola de coronavirus (la séptima en Lleida). La situación no es, ni de lejos, equiparable a la que teníamos hace un año, cuando se esperaban las primeras vacunas.

Y ya no digamos a la de la primavera de 2020, cuando estalló la pandemia. Los altos índices de inmunidad alcanzados funcionan, pero ante la inminencia de unas fiestas que implican muchas interacciones sociales, hay que estar alerta respecto a la evolución del virus. El conseller de Salud, Josep Maria Argimon, admitía ayer que la situación es mala, pero que “tampoco tenemos que entrar en pánico”.

Una de cal y otra de arena, porque añadía que habrá que adoptar medidas “que la sociedad deberá entender”. El comité asesor en materia de Covid propondrá medidas hoy mismo y “todo está abierto”. Y aunque no concretó ese “todo”, sí que dio pistas y habló de “poner el freno” a los actos multitudinarios.

Después de casi dos años de convivencia con el coronavirus, el cansancio ha hecho mella en una sociedad que ya no aplaude a los sanitarios que luchan contra el virus. Queda muy lejos el “tot anirà bé” del primer confinamiento, pero, si queremos evitar a toda costa revivir la pesadilla, es evidente que tendremos que recurrir al sentido común, evitar las aglomeraciones y usar correctamente la mascarilla. Todo sea para disfrutar unas fiestas que no pudimos tener el año pasado.

Con responsabilidad por parte de todos, aún estamos a tiempo.

Más que un programaUna edición más, y ya van treinta, prácticamente la totalidad de poblaciones de Lleida han organizado actividades de todo tipo para recaudar fondos a beneficio de La Marató de TV3. Sea poco o sea mucho, el dinero recaudado los últimos días ha subido al marcador final y se destinará a la investigación de las enfermedades mentales.

A pesar de vivir unos tiempos complicados, la solidaridad se impuso una vez más y, lo que es más importante, se dio visibilidad unos enfermos que a menudo se sienten incomprendidos y estigmatizados.

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