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En todas las instituciones, el proyecto de presupuestos es el más importante de cada ejercicio porque se marcan las líneas económicas, se definen las inversiones y hasta se marcan las retribuciones o la disponibilidad de gastos. Para este año aún son más importantes porque tienen que reflejar el cambio de ciclo económico, de la contención obligada por la pandemia de los presupuestos agotados, a la expansión y disponibilidad de dinero que se prevé para el 2022 gracias a los fondos europeos. Por eso es importante que estén en vigor, en el tiempo y forma adecuados, como ya ha conseguido la Generalitat al aprobarlos el jueves, como se prevé que conseguirá el gobierno central que tras la zancadilla sufrida en el Senado con la enmienda de las lenguas verá como el Congreso los aprueba la semana entrante y como desgraciadamente no conseguirá el ayuntamiento de Lleida si no cambian las posturas de aquí al lunes cuando se votará la cuestión de confianza al alcalde Pueyo.

Especial significación tiene la aprobación de los presupuestos de la Generalitat que por primera vez desde 2010, con el tripartito de Montilla, no conseguía tener en vigor los presupuestos el 1 de enero y tenía que optar por las prórrogas de los ejercicios anteriores o por aprobarlos a mitad del año con los problemas subsiguientes. En esta ocasión las cuentas catalanas llegan a tiempo con un planteamiento claramente expansivo como muestra que el gasto, 38.139 millones de euros, aumenta un 17 por ciento y se prevé que la inversión también doble la del ejercicio anterior, y que lleguen de los fondos europeos un total de 2.142 millones. Pese a la necesidad de aprovechar este impulso europeo, no ha sido fácil sacar adelante el proyecto y de hecho el gobierno de ERC y JxCat ha tenido que cambiar de aliados a la vista del progresivo distanciamiento de la CUP que ha roto el frente independentista del 52 por ciento y se plantea abiertamente desestabilizar la legislatura.

Ante el abandono de la CUP, el gobierno ha tenido que buscar nuevos aliados en los comuns, cuya abstención ha permitido sacar adelante el proyecto, rechazando el posible apoyo de los socialistas con los que, sin embargo, sí que ha pactado la renovación de los órganos estatutarios, como la Sindicatura de Greuges, la Corporació Catalana o el Consell del Audiovisual. Todo apunta de cara al 2022 que Aragonès tendrá más opciones que la CUP para encontrar apoyos parlamentarios. También está previsto que el Congreso refrende la semana entrante los presupuestos españoles, tras una dura negociación con ERC por las cuotas del catalán en el mercado audiovisual, y un frenazo en el Senado al colocarse una enmienda sorpresa, mientras que en la Paeria ha faltado capacidad negociadora y tras el plantón de los comunes habrá que esperar a que se aprueben por la vía del fracaso de la moción de censura.

Pero tendremos que esperar otro mes.

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