Final trágico del 2021 y esperanza para el 2022

El año no podía acabar de la peor manera en Lleida con una tragedia de tráfico en Castelldans, donde la niebla provocó un accidente múltiple y tres muertos, que se suman al joven de Mollerussa fallecido el miércoles en la autovía en Tàrrega. No ha sido tampoco un buen año en las carreteras porque la siniestralidad sigue en aumento y suman 37 las víctimas del asfalto del 2021, 17 más que en el 2020. Por otra parte, la pandemia de la Covid entra en su tercer año natural (2020, 2021 y 2022) en plena séptima ola en Lleida, la sexta en el resto de Catalunya, tras la irrupción de la variante ómicron justo cuando parecía estar controlada por el avance de la vacunación.

Precisamente en parte gracias a esta inmunización, en general los casos son más leves. Sin embargo, los CAP y los hospitales han vuelto a llenarse de pacientes contagiados, en un momento en que sus profesionales están agotados después de casi dos años afrontando todo el trabajo extra que supone la pandemia. Los expertos vaticinan que el fin de esta pesadilla puede comenzar la próxima primavera, pero, vistos los precedentes con las nuevas cepas, es todavía pronto para presumir certezas.

Lo que sí queda claro después de estos ya casi dos años de pandemia es que hasta que la vacunación se extienda por todo el mundo será complicado pasar página de una crisis sanitaria que ya ha dejado más de 900 muertos en Lleida, 24.500 en Catalunya, casi 90.000 en España y 5,5 millones en el mundo. Sin olvidar, por supuesto, los contagiados a los que han quedado secuelas persistentes de la enfermedad o a los miles o millones de personas en todo el planeta a los que el coronavirus ha impedido detectar, curar o paliar las otras innumerables dolencias que han seguido padeciendo los ciudadanos. Otro de los efectos secundarios que ha comportado la Covid han sido los perjuicios económicos en múltiples sectores, desde la hostelería en general al comercio, turismo, ocio nocturno y todos los productores que suministran a estos puntales económicos y en los cuales las ayudas públicas apenas han paliado las pérdidas contables.

Para rematar este otro año horrible, la inflación en España ha repuntado al 6,7% este 2021, la tasa más alta en casi treinta años, desde marzo de 1992, por el aumento de los precios de la electricidad, según el dato avanzado del índice de precios de consumo (IPC). Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un aumento de un 1,3% entre noviembre y diciembre, el mayor en tasa mensual en 38 años, desde diciembre de 1983. No es un panorama muy halagüeño para este año que arranca, pero la esperanza en que por fin a partir de marzo-abril remita el virus y podamos retomar nuestras vidas es la ventana al futuro con la que queremos quedarnos.

Y sobre todo y ante todo queremos dar las gracias a los sanitarios por ser nuestros ángeles de la guarda en esta crisis.