EDITORIAL
El desastre del Lleida Esportiu
El Lleida Esportiu y sus propietarios, los hermanos Esteve, han conseguido lo que parecía imposible en esta ciudad: poner de acuerdo a todos los grupos municipales en la expulsión del club de las instalaciones municipales del Camp d’Esports. Absolutamente todos los grupos se han mostrado de acuerdo en la decisión tomada por la comisión municipal de resolver el convenio de uso del Camp d’Esports y darle un mes de plazo a la entidad deportiva para que abandone las instituciones. No había otra alternativa por parte de la Paeria ante el cúmulo de incumplimientos reiterados, los desplantes de los responsables del club, que ni han acudido a las reuniones solicitadas por ellos mismos, y el deterioro de la imagen del club que lleva el nombre de la ciudad y utiliza equipamientos municipales.
El Lleida Esportiu se encuentra ahora sin campo, con la afición indignada y hastiada de unos dirigentes que han hundido el club, con unos jugadores desmoralizados que no cobran y han denunciado sus contratos ante el sindicato de futbolistas, con una Federación que les ha abierto expediente por posible fraude en los positivos de Covid que fueron desmentidos por la misma plantilla, con deudas millonarias a la administración pública y con unos propietarios que llevan semanas sin dar la cara ni siquiera en los partidos. Un panorama absolutamente inaudito incluso en el mundo del fútbol, donde se habían visto gestiones desastrosas, pero sin llegar al nivel de desprecio a jugadores, que han denunciado contratos falsificados, a la afición, a la que se le han cerrado las puertas, a las instituciones y a la misma ciudad, que ve como su club más representativo está a un paso del desastre porque no se atisba ningún tipo de futuro para la entidad y ni siquiera parece factible que pueda acabar la temporada si no aparece un mirlo blanco que asuma las deudas y presente una oferta que satisfaga las exigencias de los propietarios del club y principales responsables de la situación. Como no parece previsible el milagro, habrá que asumir los hechos, dar por cerrada la etapa del Lleida Esportiu, exigir si procede responsabilidades a los hermanos Esteve y confiar en proyectos con una base más sólida y mejor gestionados.
Investigación sobre el 17-A
La declaración del excomisario Villarejo ante la Audiencia Nacional asegurando que hubo un error grave del CNI, que quería dar un susto a Catalunya, ha reabierto las sombras sobre los atentados del 17 de agosto. Es evidente que la credibilidad de Villarejo depende de a quien favorece su testimonio, y conocida su habilidad para alimentar sospechas, pero sería conveniente reabrir las investigaciones sobre el 17-A, recabar su testimonio y aclarar los hechos.