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El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, anunció ayer que no se presentará a la reelección en el cargo y que cederá la presidencia al filósofo del Alt Urgell Xavier Antich, si así lo avalan los socios de la entidad. En declaraciones a RAC1, Cuixart explicó que tampoco se presentará a la reelección el actual vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri. La asamblea en la que se oficializará su salida de la presidencia de Òmnium se celebrará el próximo 26 de febrero.

La decisión de Cuixart pretende ser un revulsivo para que el independentismo supere la fase contemplativa actual para buscar nuevos líderes. Aseguró que, pese a dejar el cargo, seguirá vinculado a Òmnium y siendo activista pero que no entrará en política. “Me parece que es el momento de pasar el testigo a Xavier Antich y al resto de compañeros de la Junta”.

La decisión del todavía dirigente de Òmnium, que pasó 4 años en la cárcel sin tener ningún cargo político en el procés y que fue condenado por subir a un coche policial para pedir a los manifestantes calma en su protesta ante la conselleria de Economía, al igual que Jordi Sánchez, de la ANC, hay que interpretarla como un recambio para reforzar el papel de Òmnium en la hoja de ruta postprocés, dado que tanto él como todos los condenados que han sido indultados tienen las manos atadas para liderar nuevos retos. El perdón se les puede revocar en cualquier momento y es lógico que se busque alguien con menos lastres. Pocas horas después se anunciaba que la leridana Teresa Cunillera dejaba el cargo de delegada del Gobierno español en Catalunya, que ha ostentado con mucha más cintura y tiento que su antecesor del PP, Enric Millo.

La política de Bell-lloc siempre ha sido del equipo del ahora ministro Miquel Iceta, y es normal que el nuevo líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, quiera configurar su propio sanedrín para enfocar el diálogo con los partidos independentistas. Cunillera, con una larga carrera política, ha cumplido su cometido de intentar no abrir nuevos frentes con los partidos del Govern de la Generalitat.

Lleida necesita presupuestos En Lleida, también tenemos sobre la mesa la resolución del conflicto abierto en la Paeria al no poder aprobar el equipo de Gobierno de ERC y Junts los presupuestos, perder Miquel Pueyo la moción de confianza y no estar nada claro, a fecha de hoy, que el PSC cuente con los apoyos necesarios para presentar una moción de censura, para la cual necesitaría el apoyo de al menos 14 de los 15 miembros de la oposición.

La fecha tope es el 27 de este mes y harán bien todos los grupos, en favor de la ciudad, de decidir su postura porque Lleida necesita las cuentas de forma inmediata y urgente.

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