EDITORIAL
El deterioro de Gardeny
Los pequeños incendios registrados el domingo en el turó de Gardeny han vuelto a poner de manifiesto lo que los vecinos y los usuarios del Parc llevan años denunciando: el creciente deterioro del entorno del antiguo cuartel. Las instalaciones de la antigua discoteca han sido saqueadas en repetidas ocasiones, los cuarteles que no se han transformado están llenos de suciedad y se han convertido en refugio para botellones o para que se instalen personas sin hogar, los alrededores están llenos de maleza y de escombros que representan focos de suciedad y riesgo de fuegos, que de momento afortunadamente no han ido a más, pero que representan un peligro latente. A todo esto hay que añadir el deterioro de la imagen que representa tanto para el Parc como para la ciudad y la paradoja que representa la apuesta por un parque científico y tecnológico moderno justo al lado de unos cuarteles que se van cayendo a trozos, unos equipamientos que en algunos casos continúan siendo precarios y unos alrededores que van acumulando porquería sin que nadie se preocupe ni de limpiarlo ni de restaurarlo.
La adquisición de Gardeny representó en su momento un considerable esfuerzo económico para la ciudad que ha costado años digerir, pero fue también una apuesta de futuro al acoger empresas tecnológicas que han constituido un parque del que todos estamos orgullosos, pero hace falta adecentar el entorno, diseñar un proyecto conjunto para el turó y aprovechar las oportunidades que ofrece, revitalizando iniciativas que han decaído o planteando otras nuevas, pero ni la Paeria ha hecho nada, ni se debaten ideas para desarrollar sus posibilidades. Puede entenderse que hay problemas presupuestarios para afrontar una reforma global y que hace falta mucho dinero para rehabilitar o dar otro destino a alguna de las instalaciones que llevan años inoperativas, pero lo que no puede permitirse es que continúe el deterioro y el abandono de buena parte de la zona, porque algún día habrá que lamentar una desgracia. Y limpiarlo y adecentarlo tampoco debería estar fuera del alcance de las disponibilidades de la Paeria.Presupuestos de papel
Cada vez que se presentan unos presupuestos, se explica que el papel lo aguanta todo, pero la realidad es muy diferente y Fomento lo ha explicado con claridad: el 33 por ciento de las inversiones estatales prometidas en Catalunya y el 23 de las previstas por la Generalitat no se cumplen, con lo cual se va multiplicando el déficit en las infraestructuras que según la estimación de la patronal ya llega a los 35.000 millones.
No se ejecuta y se repiten partidas en cada ejercicio por obras retrasadas y los presupuestos quedan distorsionados porque no se cumplen.