EDITORIAL
Guerra abierta en el PP
Se atribuye al italiano Giulio Andreotti la sentencia de que en política hay amigos, conocidos, rivales, enemigos y compañeros de partido y en el PP tenemos la mejor prueba de que el fuego viene de las propias filas con el enfrentamiento entre la dirección del partido de Pablo Casado y la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que para un sector del partido es la referencia y aspirante a sustituir a Casado. La batalla ha estallado por un contrato de la comunidad de Madrid para comprar mascarillas en abril de 2020 a un empresario amigo del hermano de la presidenta, que al parecer cobró su correspondiente comisión. Ayuso ha denunciado espionaje y que desde el ayuntamiento de Madrid se contrató a una empresa de detectives para que investigara el caso y las finanzas de su hermano y ha enmascarado el supuesto caso de corrupción, denunciando persecución por parte del partido, que a su vez le ha abierto expediente y acusa a la presidenta madrileña de una campaña de infundios y calumnias.
La guerra está declarada y ya ha provocado división en el partido con alineamientos rotundos al lado de la presidenta madrileña de figuras como el presidente gallego Núñez Feijóo o la exministra Esperanza Aguirre que llega a pedir la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea. Pero la táctica de Ayuso, con su ataque a la dirección del partido, no puede ocultar los hechos: la comunidad que preside adjudicó directamente y sin concurso la compra por 1.500.000 euros de 250.000 mascarillas a un precio de seis euros por unidad a un empresario amigo de su hermano que cobró una comisión de 280.000 euros. Parece un caso claro de corrupción y amiguismo que Ayuso ha sorteado diciendo que la operación está regularizada y blindándose con el ataque político que refleja la lucha por el poder que lleva meses viviéndose en el PP, especialmente en Madrid.
El segundo capítulo llega con el encargo a una empresa de detectives, admitido por el alcalde de Madrid, para investigar con fondos públicos la gestión de su rival para presidir el PP de la capital y que ya ha provocado la dimisión de un alto cargo próximo al alcalde Almeida. Y el escándalo estalla días después de las elecciones de Castilla-León en que el PP ha quedado lejos de sus objetivos y en manos de Vox con críticas a la gestión de Casado y García Egea y voces en la prensa de Madrid elogiando el liderazgo de Ayuso. De momento, todos pierden porque el PP vuelve a mostrarse dividido, Casado ve cuestionado su liderazgo y Ayuso tiene que afrontar un posible caso de corrupción y el expediente abierto por su propio partido.
Entre los rivales, los de Vox se están frotando las manos porque pescarán votos en el río revuelto de la derecha y desde el gobierno de Sánchez preguntan que si Casado conocía la corruptela o el espionaje, ¿por qué no lo había denunciado? Luego se quejarán todos de la abstención.