EDITORIAL
Una huelga que puede envenenarse
Una huelga convocada en el transporte por un grupo minoritario y sobre todo la actuación de los piquetes está empezando a crear problemas de distribución en algunos sectores hasta el punto de que las patronales de la automoción, el papel, el refino, la química y farmacias, alimentación y bebidas, cemento y siderurgia han reclamado la actuación urgente de la administración para evitar la paralización de sus plantas. A estos sectores se unen los problemas también denunciados por la patronal láctea en determinadas zonas de España, no en Lleida, y también por la de piensos y suministros para las granjas que empiezan a sufrir problemas de distribución en el cuarto día de huelga. No estamos ante un seguimiento masivo del paro, ni mucho menos, pero sí ante una actuación concentrada de los piquetes de huelguistas en las salidas de los puertos de Barcelona, Tarragona y Bilbao y en los accesos a los mercados de distribución, como Mercabarna o Mercamadrid, que ya han advertido que han bajado significativamente los suministros sin que hasta ahora la actuación policial haya garantizado la libertad de movimientos de los camiones que no secundan la huelga.
Desde el Gobierno se atribuyen estas acciones violentas y de sabotaje a grupos vinculados con la extrema derecha y la ministra aseguró que no piensa sentarse con un grupo de radicales que utiliza la violencia, insistiendo que la representatividad del sector corresponde a las asociaciones integradas en la Comisión Nacional del Transporte que de momento no secunda los paros. Desde el Gobierno se ha ordenado la protección policial a convoyes de camiones desde los puertos a los centros de distribución, pero está por ver que la medida sea efectiva porque muchos autónomos prefieren evitarse problemas posteriores, mientras las patronales advierten del riesgo de que se paralice la producción. La situación puede complicarse porque alguna de las asociaciones que no secunda el paro ha dejado la puerta abierta a cambiar de postura si no se toman medidas urgentes para paliar el malestar del sector y frenar la subida de carburantes.
El Gobierno tiene la palabra para evitar males mayores.Sant Jordi a la Rambla
Después de la prueba experimental del año pasado a remolque de la Covid, Sant Jordi se celebrará este año en Francesc Macià y la Rambla Ferran en un espacio más abierto que sin duda puede congregar a más visitantes y con más comodidad y que también puede facilitar la celebración de otras actividades culturales y de ocio. Es una buena idea trasladar Sant Jordi a la Rambla, que también ganará vida y color, y facilitará las ventas de libros y rosas, al tiempo que fomentará la participación.