Un alza de precios insostenible

La inflación acelera. El Instituto Nacional de Estadística ha confirmado que los precios subieron un 9,8% el pasado marzo en comparación con el mismo mes del año pasado, lo que deja el encarecimiento de la vida en su nivel más alto desde mayo de 1985. La subida de precio de la electricidad, los carburantes y algunos alimentos es lo que más está impulsando esta escalada.

De hecho, más del 95% de los productos que conforman la cesta de la compra a efectos de calcular el IPC son a día de hoy más caros que hace un año. Y la inflación subyacente, es decir, la que no tiene en cuenta los precios más volátiles como los de la energía o los alimentos frescos, también está subiendo y está ya en el 3,4%, su nivel más alto en 16 años. Productos como el aceite de oliva, la pasta, las harinas, la leche, los huevos, el arroz o los alimentos para bebé se han encarecido más de un 10% en el último año, lo que afecta no solo a la compra, sino a todos los sectores e incluso podría provocar una subida de los tipos de interés por el alza del Euríbor.

Así, hoy mismo el Banco Central Europeo se reúne para analizar la situación económica. No olvidemos tampoco, como ya adelantó SEGRE hace varios días, que hay obras públicas que no se llevarán a cabo porque el encarecimiento de las materias primas hace inviable mantener el presupuesto de licitación, con lo que otro sector que comenzaba a ver la luz puede de nuevo estancarse. Y podríamos seguir así con todos y cada uno de los vértices que configuran la economía.

La situación es complicada porque si la diplomacia no logra reconducir pronto el estancamiento del diálogo con Rusia, el alcance de los daños creará una inestabilidad mundial que en Oriente Medio y el Magreb podría traducirse pronto en un estallido social porque casi el 40% del grano de estas regiones proviene de Ucrania y Rusia y las alternativas al gas de Putin o a los cereales de ambos países no se lograrán ni en un año ni en dos. Corresponde pues a la Unión Europea buscar rápidamente soluciones si no quiere perder el poco peso internacional que ya tiene en la actualidad y quedarse desubicada en este nuevo orden mundial que la guerra está creando.

IEI, 80 años de historia

Lejos queda aquel Instituto de Estudios Ilerdenses ligado al franquismo que tenía casi como única misión dinamitar la cultura catalana en pro de un leridanismo rancio y represor.

En 1986 se inició la necesaria refundación, se abrieron los altos muros de esta institución y las diferentes diputaciones de Lleida que lo han dirigido desde entonces han logrado convertir la fundación en un referente cultural sin renunciar al academicismo de sus orígenes. ¡Larga vida a la cultura!