EDITORIAL
El impacto económico del turismo en Lleida
El impacto económico en términos de valor añadido bruto que el sector turístico comporta a la economía leridana no ha parado de crecer en los últimos años y si un estudio del 2016 lo estimaba en 934 millones de euros al año, ahora supera ya los mil millones y si en esa fecha su aportación al PIB provincial estaba por debajo de la media catalana, ahora, con unos 1.500 millones, se acerca proporcionalmente a las demarcaciones provinciales mucho más turísticas de Girona, Barcelona y Tarragona. El éxito del papel del turismo en cada economía local y comarcal de Lleida se basa en que no solo el Pirineo ha hecho un esfuerzo considerable en los últimos años por mejorar su oferta y calidad, tanto de hostelería y restauración como de ocio, también enclaves del Prepirineo y del llano han buscado su propio nicho de interés para los visitantes, con un notable éxito de público, desde las rutas del vino o aceite, floración, Estany d’Ivars-Vila-sana, los castillos de la Segarra, vuelos de Àger, Coll de Nargó o piragüismo en La Seu, por poner solo algunos ejemplos de los centenares de modalidades y fiestas o ferias de Ponent. Es evidente que las comarcas de montaña, con el esquí y los deportes de aventura a la cabeza, están en el podium de aportación económica y que el crecimiento del número de turistas ha sido un revulsivo vital para frenar la despoblación de los pequeños núcleos del Pirineo y que a su alrededor se han tejido una serie de actividades agroganaderas y alimentarias que están contribuyendo al progreso y a asentar a los vecinos en estas poblaciones.
Además, con las mejoras viarias y las tecnológicas se abre también un gran abanico de posibilidades para muchísimas personas que querrían vivir o volver a estas comarcas. Para que esta sostenibilidad entre el turismo y las actividades tradicionales o empresariales sea factible hace falta seguir insistiendo en los ejes viarios e internet y, por supuesto, que a medida que aumenten los vecinos o visitantes, mejoren los servicios sanitarios y educativos. Lleida, Alt Pirineu y Aran tienen ante sí grandes oportunidades para dejar de ser territorios vaciados y deprimidos y el turismo es un puntal incuestionable.
Carreteras tercermundistasVecinos de Les Garrigues Altes cortaron ayer la carretera de Granyena a Torrebesses a la altura de El Cogul para denunciar el mal estado de esta vía y reclamar la construcción de un eje transversal de Ponent, que conectaría municipios del llano del Urgell, desde Bellpuig, con las comarcas del Ebro. Estas vías son locales y mejorarlas entronca con el objetivo global ya comentado de lograr asentar a los vecinos en el territorio y que sin buenas comunicaciones es imposible el progreso.