EDITORIAL
¿Un futuro pasado por agua?
Hace poco más de un mes, la Generalitat anunció la puesta en marcha de un plan piloto contra la despoblación rural muy aplaudido. Está previsto que empiece en Les Garrigues Altes, que es una de las zonas de Catalunya que ha perdido más población, un 24,1% en 20 años. Con una inversión de cerca de tres millones para rehabilitar viejos edificios públicos y convertirlos en un año en viviendas para jóvenes en Bellaguarda, Bovera, La Granadella, Granyena, Juncosa, El Soleràs y Els Torms.
El plan también prevé implantar fibra óptica en estas localidades antes de 2024. Sin duda, una buena noticia. Pero las urgencias se acumulan.
Que veinticinco poblaciones de la Mancomunitat de Les Garrigues no puedan beber agua del grifo ni cocinar con ella porque los análisis alertan de que el índice de pesticidas es demasiado elevado para el consumo humano es intolerable. Que en la segunda década del siglo XXI haya problemas con el agua de boca no es de recibo. Y utilizamos el término recibo a propósito, porque un estudio sitúa el agua de la Mancomunitat de Les Garrigues como una de las más caras de Catalunya, lo que no se traduce en un mejor servicio.
Hace menos de un año, en julio de 2021, un vertido de hidrocarburo en el canal de Seròs ya dejó a estas poblaciones sin agua. La historia se repite, por lo que la Mancomunitat ha decidido reclamar ayudas de la UE para asegurar el agua de boca a los 25 municipios de esta comarca y del Segrià a los que suministra. La entidad pide fondos del programa Next Generation para hacer realidad su proyecto de una nueva captación en el pantano de L’Albagés, al considerar que supondrá una mejora en la calidad y en la seguridad respecto al actual, en el embalse Utxesa.
El presidente de la Mancomunitat, Francesc Esquerda, destacó que esta obra “contribuiría a asegurar un servicio básico, permitiría ganar eficiencia y sostenibilidad ambiental al reducir el consumo energético y ayudaría a combatir la despoblación”. Una propuesta sensata para acabar con una situación impropia de un país desarrollado que las autoridades competentes harían bien en escuchar. Difícilmente se frenará la despoblación rural si fallan servicios tan básicos como el suministro de agua.Histórico triunfo del Sinn Féin El Sinn Féin ha puesto fin a la hegemonía unionista en Irlanda del Norte.
Considerado durante décadas como el brazo político del IRA, ha logrado el 29% de las “primeras preferencias” frente al 21% del Partido Democrático Unionista (DUP) y el 13% del Partido de la Alianza, que se consolida como tercera fuerza política y alternativa en el Ulster. Un triunfo histórico que volverá a poner sobre la mesa la reunificación irlandesa.