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EDITORIAL

Juzgados de paz, mediadores muy útiles

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La reforma que impulsa desde hace años el Consejo General del Poder Judicial se ha concretado en el anteproyecto de Ley Orgánica de Eficiencia Organizativa del Servicio Público de Justicia que ahora se quiere aprobar y que prevé la supresión de los llamados Juzgados de Paz, cuyos titulares representan la autoridad encargada de prevenir y sancionar las conductas y actos que alteren la paz y la convivencia pacífica en un territorio. En Lleida, desde tiempos inmemoriales (1885 para ser más concretos), este primer eslabón de la Justicia ejerce de mediador entre los vecinos al ser una persona próxima que conoce mejor que nadie a sus conciudadanos y descongestiona el sistema judicial, ya bastante lento y burocratizado de por sí. Es una figura muy arraigada en el derecho catalán y su supresión comportaría una intromisión en el Estatut de Catalunya y sus competencias.

Todos estaríamos de acuerdo en que hay que modernizar y mejorar la eficiencia y organización de todos los segmentos de la Justicia, pero esta mejor conexión de departamentos, agilización y digitalización de trámites e intercambio de información no puede hacerse a costa de alejar al ciudadano de un primer cribaje conciliador en casos de conflictos menores o vecinales. En Lleida, hay a día de hoy 224 juzgados de paz presentes en los municipios que no tienen de Primera Instancia, y tratan o median en 48.000 casos al año. Bastante congestionada está la Justicia para sumarle solo en Lleida casi 50.000 intervenciones más.

Cabe pedir al Gobierno español y a sus parlamentarios que tengan en cuenta esta consideración antes de avanzar en una ley a grandes rasgos necesaria pero que en el caso de los juzgados de paz resultaría peor el remedio que la enfermedad. En cuanto a la Generalitat, haría bien en oponerse a tales intenciones que menoscaban la autonomía de Catalunya y su forma de entender a estos servidores púbicos, totalmente desinteresados, como un gran valor para la paz social en los pequeños y medianos municipios. Agua potableLos esfuerzos por limpiar de pesticidas el agua de los municipios que beben de la Mancomunitat d’Aigües de Les Garrigues finalmente han dado sus frutos y estos 25 municipios del Segrià y Les Garrigues podrán volver a abrir el grifo y usar el suministro para consumo humano y cocinar.

Una vez detectado el problema, recurrente cada primavera por el arrastre hasta Utxesa de los productos fitosanitarios, conviene que hasta que se capte del embalse de L’Albagés, la entidad garantice de forma continua los tratamientos necesarios para salvaguardar la calidad del suministro y que las administraciones ayuden a estos pequeños municipios financieramente. Los Next Generation son para mejoras como estas.

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