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EDITORIAL

Moros i Cristians, la resiliencia leridana

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Lleida volvió a volcarse ayer en la Festa de Moros i Cristians, un encuentro que va mucho más allá de una celebración de cultura popular y tradicional de una entidad cívica de Lleida ya que el evento representa, y más después de estos dos años de pandemia, la resiliencia de un colectivo para no renunciar a una fiesta que genera cohesión social, crea vínculos ciudadanos y culturales y reivindica como pocas el espíritu de acogida e integración del que Lleida siempre ha hecho gala. Los Moros i Cristians es también un ejemplo de las muchas entidades que sobreviven gracias al esfuerzo de sus asociados y que a base de dedicación, con muchas horas de trabajo que restan de su vida familiar o de ocio, logran convertir una idea de cuatro en un signo de personalidad de la cultura popular de una ciudad y que pervive en el tiempo. Estamos ante una fiesta singular que, a pesar de las connotaciones bélicas o religiosas de los hechos que se rememoran, engloba un potente relato a favor de la diversidad cultural, étnica y religiosa y su convivencia pacífica y enriquecedora que tan vigente y necesaria es hoy en día.

Esta fiesta sobre la reconquista cristiana de Lleida es la única que se celebra fuera del País Valencià en Catalunya y tendría sus orígenes en el siglo XII, cuando los nobles de Ponent ayudaron al Comtat de Barcelona a recuperar Lleida. En 1996 y gracias al empecinamiento de un grupo de vecinos del Centro Histórico pasó a ser una de las celebraciones de la ciudad y hoy es ineludible en el calendario.

El drama de las carreterasLos Mossos d’Esquadra denunciaron el año pasado a cerca de mil conductores por delitos contra la seguridad en el tráfico en las carreteras leridanas.

Una cifra que se ha disparado respecto a 2020, un año marcado por las restricciones de movilidad a causa de la pandemia, pero también respecto al periodo preCovid. Según los datos facilitados a este periódico por la Policía catalana, en 2021 se imputó a 988 conductores en la provincia de Lleida, lo que representa un aumento del 80% respecto a 2020 y del 20% en comparación con 2019, cuando se registraron 810 delitos en las vías de Ponent y el Pirineo. No son cifras para que pasen desapercibidas y menos si tenemos en cuenta que con el leridano fallecido el sábado, ya son 59 muertos en Catalunya en lo que llevamos de año, seis de ellos en Ponent.

Haremos bien todos nosotros en no bajar la guardia porque las tragedias que comportan a las familias afectadas estos dramas demasiado cotidianos son totalmente evitables y son de los pocos decesos que está en nuestras manos evitar. La atención al volante es un respeto a nuestras vidas y a la de los demás.

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