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Que los tiempos están cambiando a una velocidad vertiginosa no se puede poner en duda. Hace solo unas cuantas décadas, los patinetes, que no dejaban de ser un juguete para los más pequeños, parecía que caían en desuso al proliferar las bicicletas desde la más tierna infancia. Este medio de transporte no solo se ha mantenido sino que ha aumentado exponencialmente hasta tenerle que hacer un hueco en las calles de las grandes ciudades para que puedan convivir con el resto de vehículos.

Pero, más o menos desde 2019, le ha salido un “compañero de viaje” que no es otro que el patinete pero en la versión eléctrica. La convivencia tanto con el resto de vehículos como con los peatones no está siendo fácil, por lo que ha sido necesario implantar normativas que ayuden a que circular con estos vehículos sea seguro para sus conductores y, por supuesto, para el resto de ciudadanos. Sin embargo, como es fácil de comprobar paseando por cualquier calle céntrica, son muchos los que incumplen la legislación vigente.

Entre otros aspectos, prohíbe viajar más de una persona, el uso de auriculares o móviles, superar los 25 kilómetros por hora, circular por las aceras.. A su vez, los conductores deben ir equipados con casco, con ropa reflectante para circular de noche o en zonas de escasa visibilidad y el patinete tiene que llevar luces delanteras y traseras, timbre y elementos reflectantes para que sean visibles. Dicho esto, ¿cuántos conductores de vehículos de movilidad personal (VMP), como también se denomina este medio de transporte, cumplen estas reglas? La respuesta es fácil: muy pocos.

Es por ello que, en el caso de Lleida, asociaciones de vecinos, autoescuelas, el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) y el propio colectivo de usuarios de VMP consideran necesario que los conductores deban recibir un mínimo de nociones de educación vial para evitar riesgos y accidentes que, por cierto, se van multiplicando de forma exponencial. Ejemplo de ello es que, mientras en todo el año 2019 se contabilizaron un total de 18 siniestros con este tipo de vehículos implicados, solo en lo que llevamos de año ya suman 48.Dicho esto, es necesario implementar medidas para que la convivencia necesaria en las calles de las ciudades sea segura. El propio colectivo de usuarios de las MVP lamenta la mala imagen que dan los conductores irresponsables, aunque también se queja de la falta de respeto hacia ellos por parte de algunos chóferes de coches.

Pero lo que está claro es que este medio de transporte ha venido para quedarse ya que, entre otras muchas ventajas, puede presumir de sostenibilidad y sus escasas emisiones contaminantes y la lucha contra el cambio climático por supuesto ha de incluir la modernización de los medios de transporte. Entre todos pues debemos de buscar la convivencia necesaria.

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