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Sin caer en el alarmismo, las cifras hablan por sí solas. Solo en el primer trimestre de este año, los diferentes cuerpos policiales registraron 1.296 casos de robos con violencia e intimidación (113) y hurtos (1.183) en las comarcas de Lleida. Esto supone un 45,7% más que en el mismo periodo del año pasado.

Son datos del Balance de Criminalidad del ministerio de Interior, que pone en evidencia que se han interpuesto 14 denuncias por día, cuando en 2021 eran una decena. La situación que se vive en la demarcación de Lleida no es excepcional. Los registros delictivos no se diferencian de manera sustancial respecto a otros lugares del Estado.

Es por ello que la reforma del Código Penal impulsada por el PSOE, que tiene los apoyos suficientes para salir adelante en el Congreso de los Diputados, es tan necesaria. Hasta ahora los hurtos, el robo de objetos valorados en menos de 400 euros, se castigaban solo con multas. La reforma del Código Penal mantiene esta pena, pero añade un matiz que tanto los cuerpos policiales como los comerciantes y empresarios de zonas turísticas reclamaban desde hace años.

Se tendrá en cuenta la reincidencia. Es decir, los hurtos seguirán suponiendo multas, pero los delincuentes que ya tengan tres condenas serán castigados con hasta 18 meses de cárcel. De esta forma se quiere acabar con la impunidad de los multirreincidentes.

Esta misma semana se detuvo en Lleida a un delincuente que acumulaba 73 condenas por hurto y no había ingresado en la cárcel. Los pequeños robos contribuyen a crear una percepción de inseguridad ciudadana que a menudo se manipula desde la ultraderecha para crear alarmismo social. Los expertos creen que penalizar la multirreincidencia es el primer paso para revertir las disparadas cifras de hurtos de móviles y carteras (sobre todo) en zonas de ocio nocturno o calles comerciales.

También se han duplicado este primer trimestre los hechos delictivos en los que hay violencia o intimidación, pero esto es harina de otro costal.

Ferias normalizadas

Coincidiendo con la sexta edición de FiraBell, de Bellcaire d’Urgell, la Diputación destacó ayer que en los próximos meses se programarán 150 ferias en las comarcas de Lleida de las más de 200 que se celebraban antes de que estallara la pandemia por Covid-19. Todavía no se ha recuperado la normalidad, pero es evidente que las vacunas han permitido avanzar a pasos agigantados.

Las ferias suponen una inyección económica, pero también anímica. FiraBell atrajo a más de 70 paradistas, de los cuales un 60% eran de este municipio de la Noguera. Un buen termómetro de cómo los vecinos se han hecho suyo el certamen tras seis ediciones. 

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