EDITORIAL
Colectivos vulnerables al alza
Un estudio de la UdL constata acoso sexual, además de psicológico y vulneración de derechos humanos, a cuidadoras migrantes en Lleida, así como la explotación laboral y el racismo que sufren a causa de su situación de vulnerabilidad. Son las principales conclusiones de la investigación recogida en el libro Cadenes globals de cures feminitzades a Lleida, de la profesora de la UdL Mercè Espuñes, que explicó que es el primer trabajo de estas características que se hace en Lleida, en el que se ha entrevistado a 16 cuidadoras procedentes de varios países. De estas, cuatro han señalado haber sufrido acoso sexual (incluso algún episodio de agresión), pero solo una estuvo a punto de denunciar, aunque finalmente no lo hizo por miedo.
Resultan escalofriantes las conclusiones a las que llega este estudio, porque, además de este intolerable hostigamiento personal, muchas de estas trabajadoras tienen condiciones laborales precarias e incluso denigrantes. Pero la vulnerabilidad de algunos sectores de nuestra sociedad va mucho más allá y comienza a ser urgente una respuesta a la denigración que sufren muchas personas mayores, sobre todo mujeres, y niños de sectores desfavorecidos o desestructurados. Los servicios sociales, la Justicia y las diferentes administraciones que se ocupan del bienestar de estos colectivos deben dedicar más recursos a su detección y seguimiento porque hace muchos días que las señales de alarma son evidentes.
El agua de la Mancomunitat
La radiografía de qué está sucediendo en los pueblos de la Mancomunitat de Les Garrigues está clara: al aumentar los campos de cultivo y disminuir el caudal del agua de Utxesa (cuyo fondo ya tiene un exceso de plaguicidas), la concentración de fitosanitarios, provenientes de los productos que utilizan los agricultores para el cuidado de sus campos y frutales, aumenta a niveles que convierten en no apta para beber y cocinar el agua del grifo. Pero una vez tenemos el diagnóstico, conviene hacer dos cosas: la primera, solucionar el problema a las 27 poblaciones que han de suministrarse de cubas o comprarla embotellada. De lo primero se hace cargo el ACA, y de lo segundo, a partir de ahora, la Diputación, que, a pesar de que no es su competencia, pagará este suministro a los vecinos.
Pero una vez aliviada la urgencia, cabe esperar que Mancomunitat, ACA y Confederación busquen una solución definitiva porque es inconcebible que en pleno siglo XXI se produzcan estas situaciones. Existen soluciones de mejora de la potabilidad y de captaciones para que esto no vuelva a suceder. Los fitosanitarios se utilizan en todo el llano y, al igual que ocurre con los nitratos, hay que remediar su acumulación.